1º, de Adolfo Martín, «Mulillero
II», cárdeno de 494 kilos para Diego Urdiales.
Humilló con fijeza y movilidad de salida, mejor por el pitón derecho, pero no fue franca y fija, sin embargo, su pelea en varas. Medidor luego en la muleta, tuvo mucha exigencia para el que estaba delante. Toro de pasar miedo, pero agradecido cuando se le hacen las cosas bien. Toro de posibilidades para quien quisiera apostar, como Urdiales.
2º, de Adolfo Martín, «Repollito»,
cárdeno de 475 kilos para Sebastián Castella.
Fueron de manso los regates del animal en el tercio de varas, buscando los pechos de la montura, para orientarse mucho después y cortar los viajes en banderillas. Frenazos en los percales, donde no quiso pasar y esperó con viveza. En la muleta tuvo una embestida irregular que nunca invitó a confiarse ni a abandonarse al toreo, sino a darle firmeza e imponerse a los frenazos y a la reserva. Orientado y con peligro en el final de faena.
3º, de Adolfo Martín, «Mulillero
I», cárdeno de 516 kilos para Manuel Escribano.
Una birria de toro el tercero para Madrid, un tremendo topetazo contra las tablas de salida lo deja tocado y se comporta como descoordinado. Dejó que le arreasen en varas, aunque no fue demasiado duro el castigo.A más fue en banderillas, sacando fijeza y galope para darle emoción al tercio. Pero en la muleta no tardó en reponer y en venirse por dentro, buscar la talega y hasta el sobaco al final del muletazo. Vino dormido, probó y se fue tras el tobillo, aunque sin hacer hilo luego.
4º, de Adolfo Martín, «Aviador»,
cárdeno de 480 kilos para Diego Urdiales.
Al cuarto, de escaso trapío para Madrid, le faltó ritmo para mantener su humillación e irse para adelante en el capote de Urdiales. Luego le faltó entrega y empleo en el caballo de Óscar Bernal. Muy entregado fue el inicio con la muleta, humillado y hasta colocando la cara en la franela de Urdiales, pero acusó la exigencia para afligirse de mitad de faena para adelante y terminar más informal, aunque mantuvo temple y ritmo.
5º, de Adolfo Martín, «Buscador», cárdeno de 477 kilos para Sebastián Castella.
Humilló muchísimo de salida el quinto, y tuvo inteligencia Castella para lidiarlo muy por abajo. También abajo, pero repuchándose y sin entrega acudió el animal al caballo. Muy pronto se le apagó el empuje al animal, que tuvo buena condición sin raza pero se paró. Sólo al final de la faena siguió el trapo bobalicón gracias al mando del francés.
6º, de Adolfo Martín, «Baratero», negro entrepelado de 492 kilos para Manuel Escribano.
Tuvo mucha humillación el sexto, con el guarismo 9 en el anca -eso significaría que tiene seis años muy cumplidos-, que peleó con empuje en la primera vara y se quiso quitar el palo en la segunda. Toro que se va orientando a medida que transcurren los tercios y que va demostrando su edad en las revueltas orientadas, la reposición y la falta de humillación del embroque hacia adelante, desluciendo los finales y haciendo pasar un quinario al que está delante.