Como venimos contando en este medio son muchas las cadenas autonómicas que vienen apostando por la emisión de festejos taurinos, televisiones que decidieron dar un paso hacia adelante y darle cabida en su parrilla al mundo de los toros. Canal Sur, Castilla la Mancha Media, Canal Extremadura, Telemadrid… seguían sacando la cara por toreo sin importar el partido político que gobernara en cada lugar.
Ese paso adelante que se ve reflejado un año más en un volumen importante de corridas de toros, rejones o novilladas que cada fin de semana se ponen sobre la mesa del aficionado para que este tome la decisión de elegir un festejo u otro. De los diferentes opciones destaca el festejo que Telemadrid emitirá el próximo sábado 6 de abril desde la plaza de toros de El Molar, un coso donde están anunciados Sánchez Vara, Francisco Montero y José Antonio Valencia con astados de los herederos de Íñigo Garzón.
Se trata de un hierro que ingresó en la Asociación de Ganaderías de Lidia en 1988 tras ser formada esta con vacas y sementales de los Hrdos. de D. Bernardo Fernández Martínez, procedentes de Núñez, rama Rincón, Villamarta y Esteban Gonzáez. Tiempo después se optaría por dejar únicamente los animales de Núñez, rama Rincón, adquiriendo un lote de vacas y dos sementales de D. Joaquín Núñez del Cuvillo, una de las vacadas más afamadas y prestigiosas del campo bravo.
Una ganadería que ha ido poco a poco subiendo escalones tras una ardua selección en la plaza de tientas, esa que le ha llevado a alcanzar una regularidad notable en cosos de provincia. ’Malagato’, ‘Debutante’ o ‘Bodonerito’ han sido algunos de los toros de la casa premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre. Una prueba de fuego para tres espadas que están acostumbrados a bailar con la más fea, teniendo en esta ocasión la oportunidad de lidiar una vacada entroncada en una sangre muy particular.
Tres espadas curtidos en mil batallas, tres toreros que tienen el cuerpo adaptado a un tipo de animal de gran agresividad, un tipo de toro nada fácil donde el torero debe sacar a relucir todos sus conocimientos sobre la lidia para meterlos en el canasto. Unos astados que exigen una enormidad a los espadas anunciados, esos que muchas veces se ven obligados a torear sobre los pies, pero que también saben correrle la mano a un toro cuando uno de estos se desliza con nobleza.