Pablo Aguado sufrió, este sábado, un fortísimo golpe al estoquear al tercero de la tarde en Sevilla. El torero sevillano recibió un golpe del astado de Victoriano del Río a la hora de la suerte suprema. Así lo contó Pablo López Riobo en su crónica:
Se crujió Aguado a la verónica con ‘Solerares’ en un recibo capotero donde hilvanó un ramillete de verónica torrando con las palmas de las manos. Le imprimió suavidad y cadencia a unas embestidas con nobleza pero sin demasiada profundidad. Entraría en su turno de quites Ortega para dejar torerísimos lances por tafalleras a media altura abrochada con una media. Replicó Aguado por chicuelinas ante toro que se venía muy por dentro. Este fue otro animal medido en su raza, un toro que venía, pero no se iba. Aguado buscó pulsearlo a media altura pero el astado tendía a calamochear. Jugó con las alturas y las distancias en un trasteo con pasajes de interés pero al que le faltó rotundidad por la condición del animal. Toreó siempre a favor del toro, sin exigir en demasía a un animal con nobleza. A zurdas vino siempre con la cara alta. Le dio su sitio l, lo volvió a consentir para robarle naturales de fino trazo. A pies juntos cerraría una labor que pese a no ser rotunda se vivió con mucho interés. Tras pasaportar al animal, con susto incluido, saludó una ovación.