VÍDEO PABLO LÓPEZ RIOBOO
El comportamiento de
un gran toro no es siempre casualidad. Necesita de un gran torero y, también
importante, de una gran cuadrilla para ejecutarle de forma lógica los movimientos
precisos con el objetivo de que se guarde las virtudes hasta el epílogo
muleteril. Así ocurrió hoy en Madrid con «Lenguadito”, un gran toro de El
Torero que tuvo la gran suerte de caer en las manos de un enorme subalterno
sevillano: José Chacón. Ya destacó en la pasada Feria de Fallas el de Gerena,
pero fue hoy y ante el gran quinto bis de Lola Domecq cuando se rompió
interiormente como torero de plata para exteriorizarlo en cinco simples
capotazos que dieron vida a un toro despabilado a partir de ese momento en
banderillas. Le hizo posteriormente el avión a Sebastián Castella gracias a una
lidia ejemplar de Chacón, torero de pies a cabeza y subalterno de quilates en
el escalafón argénteo.
No se lucieron en ese
toro sus compañeros Isaac Mesa y Ricardo Izquierdo con los palitroques, pero sí
que dejó dos varas efectivas Josele. Con el segundo, José Doblado dejó en primer lugar una
buena puya ante un astado que apretaba de forma desigual. Levantó pronto el
palo Doblado. Lidió Isaac Mesa y el propio Chacón y Ricardo Izquierdo parearon
rápido.
El otro nombre
destacado de la tarde fue el de Óscar Bernal, que se agarró de forma perfecta
al morrillo del cuarto de la tarde siendo aplaudido al instante por la afición
de Madrid. Relució la embestida del toro el picador castellano para aguantarle
el tranco, algo que le hizo que le sentaran bien esas dos puyas en toda la
yema, la segunda de ellas más leve. Bien anduvo El Víctor con un toro de
arrancada y tranco rapidísimos para que Juan Carlos Tirado no pasara en falso y
pusiera un palitroque solitario en su turno. Lidió Pirri. Ante el abreplaza, un flojísimo de Núñez del
Cuvillo, Manuel Burgos dejó un buen primer puyazo ante un animal que perdía las
manos, incluso empujaba al peto con un solo pitón. Destacó el golpe certero de
puntilla de Tirado.
Manuel Cid picó a un
tercero que se le vino encima pronto, levantando la vara en el primer puyazo. Y
aquí llegó el tercer nombre destacado de la corrida: Juan José Trujillo. Bien
anduvo de verdad el torero de plata en dos pares comprometidos a este astado y
aplaudidos con fuerza por la plaza de Madrid. No llegó a cuajar la ovación como
para que Juan se desmonterase, pero sí que logró calar entre el aficionado por
ese andar provocando el arranque, ese echar las manos arriba y ese dejarse ver
que no son sino de torero grande. Efectiva fue su lidia en el cierraplaza ante
los pares de Valentín Luján y Julio López.