Muchas son las vacadas que andan inmersas en un proyecto de renovación, hierros que tras muchos años con trabajadores de la casa se ven obligados a salir al mercado en busca de vaqueros que pronto le tomen el relevo a unos mayorales que andan cerca de la edad de jubilación. Y esto se debe a la merma de mano de obra cualificada para este oficio al existir una brecha generacional que está haciendo que los jóvenes busquen trabajo en la ciudad y no en las zonas rurales.
Una tendencia alcista que obliga a los ganaderos de bravo a intentar buscar profesionales dentro del mismo círculo taurino. Primero rastrean las ganaderías de la zona u otras donde puedan existir trabajadores dispuestos a cambiar de aires, de no ser así llaman a la puerta de algunos picadores que puedan desempeñar esta labor, como, por otro lado, ha venido sucediendo toda la vida. Otra opción sería tocar a la puerta de la Asociación Nacional de Mayorales (UMAVACAM), lugar donde sus alumnos se preparan para poder trabajar junto al toro bravo.
Esta no sería una opción inmediata al tener que tener estos jóvenes un tiempo de prueba y aclimatación a las labores que se dan diariamente en una ganadería. Para ello sería esencial pasar un tiempo de prácticas, unos meses donde se trabajara codo con codo con el personal de la finca para optar en un tiempo a entrar como vaquero en la misma. Un proceso más lento pero seguro al existir una clara vocación por parte del alumno.
Como último paso estaría el ofertar dicho trabajo en distintas webs especializadas, lugar donde el ganadero publicaría la oferta de trabajo, quedando a la espera de una llamada por parte de algún interesado. Como venimos contando en este medio son muchos los trabajadores que tienen la ilusión de trabajar con el toro bravo, ya sea de este o del otro lado del charco. Pero el problema viene muchas veces con los requisitos fundamentales, no cumpliendo muchos de ellos los mínimos necesarios.
En las últimas semanas han salido a la luz diferentes ofertas de trabajo en fincas de Sevilla, Salamanca o Cáceres. “Se busca mayoral de toro bravo. Imprescindible experiencia demostrable. Se pedirán referencias. Interesados enviar CV con foto” se especificaba en la primera de ellas. Una oferta donde únicamente se dan detalles de las características del trabajo, no haciendo mención a la explotación ni a su localización. Se trata de una tónica muy habitual en dichos anuncios al no querer permanecer en el anonimato, desvelándose dicha información una vez se haya producido la primera toma de contacto.
“Abstenerse personas sin experiencia en ganadería brava y sin documentación en regla” se podía leer en Milanuncios, web donde se especificaba únicamente la existencia de una oferta de trabajo en una ganadería situada en Villavieja de Yeltes (Salamanca). Un anuncio que tampoco daba mayor información sobre las labores a realizar ni las condiciones propias de dicho trabajo. Una práctica habitual por parte de unos ganaderos que no han seguido la estela de compañeros como Castillejo de Huebra, vacada que en su día no tuvo reparos en dar mayor información sobre el tema.
“Se busca personal para trabajar con ganado bravo y trabajo con el tractor. Se ofrece vivienda en la finca” se especificaba en el anuncio publicado en Jooble, web especializada en la búsqueda de empleo. Se trata de una ganadería situada Navalmoral de la Mata (Cáceres), no publicándose mayor información que aquella que exponemos al comenzar el párrafo. Un trabajo duro donde no se puede mirar el reloj al no entender el ganado ni de días de fiesta ni de horarios de mañana o tarde.