Ha sido dos meses después de la última operación pero la historia se remonta a casi dos años atrás, cuando en julio de 2022, aún novillero, el ahora ya matador de toros de Fuengirola Antonio Santana Claros resultó cogido en la plaza francesa de Boujan sur Libron, un percance que le provocó lesiones óseas que supusieron una larga recuperación, con intervenciones quirúrgicas y recaídas. Un tortuoso camino que no le hizo desfallecer y que incluso tuvo el hito de una inesperada alternativa el 15 de agosto pasado, en la Feria de
Málaga, donde entró en sustitución de Cayetano y con Morante de la Puebla como padrino. Una tarde en la que no sólo cortó una oreja sino que dejó la impronta de su tauromaquia de clase y personalidad.
Sin embargo los dolores que venía arrastrando desde el citado percance de 2022 le llevaron a volver al quirófano el pasado 8 de febrero siendo intervenido en el Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid por el doctor Rafael González, con el objeto de eliminar la hernia discal que padecía y al tiempo acabar de solucionar problemas derivados de otra operación anterior. Para ello se han fijado tres vértebras arreglando dos discos vertebrales con seis tornillos y una placa de titanio.
El propio Santana Claros ha comentado que «hace un mes no me podía imaginar que iba a estar toreando».
Y toreando ha estado, por fin, vestido de corto en un tentadero en la ganadería de Soto de la Fuente. Un tentadero en el que- según ha declarado a este portal- pudo torear con capote y muleta con total normalidad e incluso- dice Santana- «notando que los trastos me pesaban menos».
Una recuperación física y anímica que le permite mirar con esperanzas renovadas al futuro cercano, vestirse de luces ya en mayo y con la Feria de Málaga , en agosto, como gran objetivo. Y lo que esté por venir.