El Mella, Javier Zulueta y Mariscal Ruiz hacían el paseíllo, este domingo, en la final del Circuito de Novilladas de Andalucía, que se celebraba en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Se lidiaba un encierro de Fermín Bohórquez. Al finalizar el paseíllo, saludaron los tres toreros en el tercio.
El Mella porfía en una desigual labor ante el flojo y apagado primero
Variado fue el saludo capotero de El Mella al primero de la tarde, un animal con nobleza pero medido de fortaleza. Se le vio queriendo en todo momento a un novillero que si pecó de algo fue de atosigar en demasía a un animal que no se sintió cómodo en la distancia corta. Manejó con soltura la capa en el galleo por chicuelinas previo al paso del animal por el jaco. El de Bohórquez pese a ir asentándose seguía evidenciando falta de fuerzas, perdiendo las manos y acortando el viaje. Inició su labor el extremeño por estatuarios en una primera serie donde buscó no apretar al animal. El de Bohórquez tuvo fijeza y prontitud, pero le faltó raza y fuerza para irse tras los vuelos. Por ambas manos El Mella buscó pulsear la embestida del novillo, pero este tendió a embestir rebrincado y soltando la cara. Pese a la sosería del animal el de Bancarrota nunca tiró la toalla dibujando muletazos sueltos dentro de un trasteo que no llegó a tomar vuelo. Finalizó en los terrenos del animal antes de atascarse con el verduguillo. Sonó un aviso, saludando el pacense una cariñosa ovación por parte de un sector de la plaza que pidió la oreja pese a no ser esta una faena meritoria para ello en su conjunto.
Zulueta queda inédito tras pasaportar al inválido segundo
Se protestó al segundo por su falta de fuerzas, un utrero de Bohórquez que embistió con las manos por delante y sin humillar al capote de un Zulueta que hacía el primero de sus dos paseíllos este mes de mayo en la Maestranza. Midió su castigo El Pelao en los dos puyazos que le recetó el jaco previo a su paso por un tercio de banderillas donde Curro Robles le imprimió suavidad a todo lo que hizo pese al molesto aire reinante. Brindó la muerte del novillo de su debut con picadores en Sevilla a su hermana Macarena, primera mujer alguacililla de esta plaza. Poco pudo hacer el joven novillero ante un animal carente de fortaleza y transmisión. Pese a sus buenas formas Zulueta quedaría inédito debido a la condición de un animal que no dio opciones de lucimiento.
Mariscal Ruiz le corta al tercero la primera oreja de la final
Mayor viveza tuvo un tercero que tampoco quiso irse a los vuelos del capote de un Mariscal Ruiz que pecó de no sacar los brazos, algo que provocó que el de Bohórquez embistiera por dentro. “Tinajero” tuvo la virtud de la humillación y la transmisión, un animal que pidió siempre suavidad. Templado anduvo un Fernando del toro que siempre trató de hacerle las cosas bien durante su lidia, más si cabe tras medírsele el castigo en el jaco. Volvió a tomar el capote el sevillano tras quitar su compañero El Mella dejando un quite con más intención que lucimiento cerrado con una gran media tras la cadera. Solvente y eficaz anduvo con los palitroques en un tercio de banderillas donde el animal siempre fue humillado hasta el final en el capote del citado Fernando del Toro. Le dio distancias a un animal que por encima de todo exigió suavidad, esa que le imprimió Mariscal ya desde el inicio pese a las molestas rachas de viento. Pese a ello siempre quiso torearlo en el centro del anillo dejando pasajes de su personal concepto. A zurdas le costó algo más emplearse, quedándose este algo cortito en su viaje. Tuvo la virtud de reducirse cuando se le llevaba enganchado y pulseado un astado algo tardo, pero de gran clase al que el sevillano no le apretó nunca por abajo, toreando este a media altura para no quebrantarlo por su justa fortaleza. Acompañó más que sometió las embestidas de su oponente en un trasteo algo desigual, pero con pasajes de gran toreo, ese que brotó cuando consiguió cogerle la velocidad. Muy torero fue su final de faena ante un ejemplar que por sus hechuras invitaba a torearlo. Una estocada de rápido efecto puso en su mano la primera oreja de la tarde de un interesante “Tinajero” ovacionado en el arrastre.
El Mella todo disposición ante el cambiante y desigual cuarto
Se metió El mella al público en el bolsillo en el cuarto pasaje de la tarde tras recibir al segundo de su lote en la puerta de chiqueros. Tras dejar una larga al ralentí se fue a buscar al novillo al tercio para enjaretarle una serie de faroles que llegaron una enormidad a los tendidos, esos que cerraría con una larga de gran personalidad. Un animal más lavadito de cara y fino de cabos que no acabó de emplearse en el caballo, embistiendo a media altura al capote del extremeño nada más sacarlo este del jaco. Sentado en el estribo comenzó una labor donde se gustaría en muletazos por alto con la rodilla genuflexa. Muy decidido anduvo el pacense ante un ejemplar desigual en sus embestidas, un animal que siempre tendió a embestir con el pitón de fuera arroyando en ocasiones al de Bancarrota. Se quedó quieto como un poste pese a saber este que podía echárselo a los lomos. Ni un aspaviento, ni un gesto a destiempo, el joven novillero anduvo centrado en pulir los defectos de un animal que exigió en alturas y distancias. A zurdas bajó enteros una labor donde el novillo tropezó demasiadas veces la muleta. Sería al final de su trasteo donde el animal tomó cierto ritmo en una serie donde la tomó con cierta entrega y ritmo cuando Mella se la dejó muerta y tiró de él. Un trasteo a zurdas donde faltó mayor pulso dentro de una obra donde nunca le perdió la cara al animal. Se atascó en la suerte suprema siendo finalmente ovacionado tras sonar un aviso.
Zulueta mete en el canasto al díscolo quinto en una labor sorda pero de mucho fondo
Dejó Zulueta el recibo más torero de la tarde ante un ejemplar que embistió con transmisión en el capote del sevillano. Javier jugó bien los brazos, toreó con las palmas de las manos y la cintura en un ramillete de verónicas que tuvieron cadencia y compás. Un recibo donde le cogió el rimo a un novillo que siempre tendió a apretar por dentro. No se empleó en el jaco, embistiendo con genio y la cara a media altura durante su lidia. Pese a ello Zulueta apostó por el animal tras brindar en el centro del anillo. Con mejor inicio que final del muletazo este “Impostor” exigió siempre firmeza de plantas y claridad de ideas. Zulueta inteligentemente jugó con las alturas y las distancias aprovechando las inercias de un animal que muchas veces se vino andandito. Aguantó parones y miradas de un astado que necesitaba un toque fijador para ir metido en los chismes. Al natural buscó torearlo con los vuelos brotando ahí los pasajes más lucidos de su sorda pero interesante labor que no culminó con los aceros. Por ese pitón Javier dibujó pasajes de toreo pausado, mentón en el pecho y vuelos, esa labor donde poco a poco fue puliendo la brusquedad de un animal que acabó claudicando ante el sevillano, novillero que dio una grata impresión pese a no cortar oreja.
Mariscal Ruiz se sobrepone a dos feas volteretas en una labor de gran solvencia
Comprometida fue la larga con la que Mariscal Ruiz recibió a “Garrafero” jugado en sexto lugar, el de Bohórquez arroyó y arrancó de las manos el capote en el citado recibo rodilla en tierra. Volvió a andar fácil con los rehiletes en un tercio de banderillas donde jugó siempre con las querencias del novillo. Su último par quebrando en la misma cara y saliendo entre el novillo y las tablas heló la sangre de los allí presentes por su gran compromiso. Anduvo inteligente Mariscal en el inicio de su faena al buscar no exigir a un astado que nunca evidenció estar sobrado de raza. Con mejor inicio que final de muletazo el animal no ayudó a que los pases salieran limpios, soltando este la cara y acortando el viaje. Fruto de esa embestida por dentro vino el percance cuando andaba toreando al natural. El animal al sentir al novillero muy encima soltó un derrote seco que caló en el sevillano. Tras adecentarle la taleguilla volvió a la cara del animal ante un animal con cierto genio. Firme anduvo el novillero aguantando las embestidas descompuestas del de Bohórquez. Sacó raza Alejandro en un final de trasteo donde se metió en los terrenos del novillo en un alarde de valor seco y seguridad en uno mismo. En un final por manoletinas se lo echó a los lomos de forma violenta que no le impidió volver a la cara del astado. Visiblemente dolorido estoqueó al de Bohórquez en un gesto de hombría y compromiso con su profesión. Tardó el animal en caer, algo que unido a un pinchazo previo dejó tofo en una cerrada ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Final del Circuito de Novilladas de Andalucía. Novillada picada. Tres cuartos de entrada.
Novillos de Fermín Bohórquez. Correctos de presencia. Medido en su fuerza un sosito primero al que le costó un mundo empujar hacia adelante; de sosa y anodina embestida el inválido segundo; noble y repetidor el tercero, ovacionado en el arrastre; con movilidad pero corto viaje un cuarto con carácter; con genio y cierta aspereza el cambiante quinto; de movilidad díscola y geniuda un sexto con carácter, el sexto.
El Mella, ovación tras aviso y ovación tras aviso.
Javier Zulueta, ovación y ovación tras aviso.
Mariscal Ruiz, oreja y ovación.
INCIDENCIAS: Mariscal Ruiz se alzó como triunfador del Circuito de Novilladas de Andalucía 2024, quedando Javier Zulueta en segundo lugar y El Mella como último integrante del cajón.
PARTE MÉDICO: Mariscal Ruiz fue prendido hasta en dos ocasiones por el sexto de la tarde con el siguiente parte médico: Varetazo corrido en la cara interna del muslo izquierdo. Limpieza y cura de la herida. El banderillero Diego Curiel sufrió una herida incisa en la cara dorsal del primer dedo de la mano izquierda de 3 cm. Satura herida. Profilaxis y antibiótica y anestesia.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA