Las canas son el futuro. El viento de lo que
estápor llegar va soplando en el cogote. El lujo se borda
con hilo de yute y el sol sale a veces en mitad de la noche.
Cuando crees que está todo perdido viene un fogonazo de los ochenta y te hace creer en
la Movida. Pero no, Antoñete ya no torea. Al menos no aquí.
Y en el tendido se sigue sentando Jaime Urrutia, pero ya no baila chachachá.
El baile acabó hace rato, porque la más fea se ha cansado
de que la saquen siempre los mismos. Son malos tiempos para la lírica y la ilusión del pasado que vino para volver a marcharse termina convirtiéndose en el golpe bajo de la melancolía
perpetua.
No pretendan entenderme. No me entiendo ni
yo. Pero a veces no entender nada es el primer paso para comprender un mundo
donde siempre volvemos sobre nuestros pasos para terminar estando solos.