Morante de la Puebla hizo, en el tercer toro, el quite de la “redención” después de haber sido abroncado en el primero. Estuvo sublime a la verónica José Antonio, respondiendo Aguado por chicuelinas. Así lo narramos en el toro a toro:
De enjundia las verónicas y la media, naturalísima, de Pablo Aguado, que sujetó con suma belleza al astado de salida. Y luego el milagro llegó en la primera vara de Salvador Núñez, que cayó en la misma cara del toro y por fortuna no resultó herido. Intentó limpiar Juan Sierra en la lidia el trazo del animal, y quitó Morante en ese momento por verónicas, redimiendo lo del primer toro. Alguna de ellas, excelsa. Y respondió Pablo Aguado por chicuelinas, de trazo de nuevo naturalísimo, armoniosas y bellas. La plaza estalló en una tremenda ovación.