Sebastián Castella, Emilio de Justo y Ginés Marín hacían el paseíllo, este viernes, con la corrida de Victoriano del Río en la Feria del Toro de Pamplona. A las seis y media de la tarde arrancaba el paseíllo.
Castella pincha una obra pulcra por la derecha al buen primero
Serio y cuajado el primero, un toro negro número 43, que no estaba sobrado de fuerza de inicio. De noviembre de 2018 el animal, “Jabardillo” de nombre, al que Sebastián Castella dejó media docena de verónicas. Agustín Romero picó al animal, dejándolo crudo en las varas. Por chicuelinas quitó Emilio de Justo. Muy bien anduvo Rafael Viotti durante la lidia. Brindó al chef Mario Sandoval el animal, y tenía cierta clase el animal en las telas de Sebastián Castella, que dejó series pulcras pero que no calaron en el tendido; no obstante, intentó embaucar con mucha limpieza el tranco hasta que empezó a protestar en los finales de serie el de Victoriano. Lo más destacable, una última serie por la derecha; lástima el pinchazo y la media estocada agarrada, y la estocada trasera y tendida posterior.
Emilio de Justo somete al exigente y bravo segundo, pero la tardanza en caer le quita premio
“Cantaor” se llamaba el segundo, negro burraco rabicano, de 540 kilos, nacido en agosto de 2019 y primero del lote de Emilio de Justo. Embistió con cierta clase en el capote del extremeño, que meció con gusto la capa, pero le faltó algo de fuerza, por eso lo cuidó Abraham Neiro “Algabeño” en la lidia. Poder y gobierno en las primeras series por la derecha de Emilio. Por el lado derecho, el animal embestía con calidad, aprovechada por Emilio para dejar dos series de buen trazo en el inicio de faena, gobernando la embestida del animal. Asentado De Justo, le bajó la mano en todo momento para someter al toro, que estaba encastado y que tenía un poder exigente. Por el lado zurdo, el animal tenía menos clase y daba más derrotes. Por eso volvió a la diestra el torero, que dejó naturales por ese lado –toreó sin ayuda por derechazos- de mucho mérito. Y una estocada en el sitio pero de tardío efecto, que requirió golpes de descabello.
La firmeza y los buenos naturales de Ginés ante el flojo pero exigente tercero le valen la oreja
“Esperón” llevaba por nombre el tercero, negro mulato de capa, número 136, de 545 kilos y primero del lote de Ginés Marín. Toro alto y cuajado, al que dejó buenos lances capoteros Ginés Marín; lo picó Ignacio Rodríguez y, tras él, comprometido fue el quite por chicuelinas del extremeño. Buenos los pares de Antonio Chacón. Al tendido brindó Ginés Marín, que comenzó su obra de rodillas intentando que el tendido entrase en la faena. Y lo consiguió, porque dejó varios muletazos de hinojos, un molinete y un pase de pecho en terrenos del tercio con los que llegó fuerte arriba. Dejó naturales de mucho mérito ante un toro sin fuerza, al que intentó sujetar y con el que anduvo muy firme. Por el izquierdo perdía las manos, y se mantuvo firme Ginés, y por el derecho era exigente un toro al que sometió el pacense. Final de faena de mérito en las bernadinas, estocada y oreja de justicia.
Castella le puede al soso y manso cuarto, pero vuelve a fallar con el acero
“Poco Sol” se llamaba el cuarto, número 99, negro mulato de capa, de 585 kilos, nacido en octubre de 2019 y segundo del lote de Sebastián Castella. Toro frío en la capa de Castella, al que no se le castigó mucho y lo cuidó en la lidia. Apoyado en las tablas fue el inicio de faena de Castella, que dejó momentos de calado en cercanías en ese prólogo, que fue a pies juntos. Pero fue soso el animal, huidizo de inicio, aunque tenía cierta codicia en la distancia corta. Dejó series de calado intermitente en la primera parte de la faena, y en el ecuador de ésta fue prendido sin consecuencias aparentes, en una fea voltereta. Se metió más la plaza en lo que hizo, pasándoselo por la espalda, pero el toro ya comenzó a desarrollar. Le pudo Castella, que luego no acertó con el acero. Silencio tras dos avisos.
Emilio de Justo cuaja al bravo quinto, al que desoreja
El segundo del lote de Emilio de Justo se llamaba “Campanilla”, qunto de la tarde, un toro número 179 de 620 kilos. Dejó detalles toreros de capa el extremeño, y dos buenas varas Juan Bernal. Toro que se aculó mucho en tablas a la hora de lidiarlo, y al que domeñó por abajo para someterlo Emilio en el prólogo muleteril. Faena importante de Emilio, que dejó una primera serie a diestras de relajo y, con el hombro hundido, embebió al natural al animal, que iba largo y que fue bravo. Toro muy importante, con una obra in crescendo del torero de Cáceres. Lo enganchaba adelante e iba hacia atrás el animal, que fue exigente, pero le dio gobierno Emilio, especialmente por la mano izquierda, por donde consiguió relajarse. El final por bajo fue una delicia, además de la estocada, que fue certera y efectiva. Dos orejas rotundas.
Ginés hace un esfuerzo con el desclasado y deslucido sexto
El último del festejo llevaba por nombre “Toledano”, número 188, castaño chorreado de capa, de 565 kilos y nacido en octubre de 2018. Ginés Marín lo saludó por verónicas y luego empujó con cierto genio y con la cara alta al caballo de Guillermo Marín. Toro desclasado, al que pasaportó por ambos lados Marín, pero no transmitía nada. Hizo un esfuerzo Ginés, que lo pasaportó bien con el acero a pesar de que no le humillaba en el momento de la suerte suprema.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Quinta de la Feria del Toro. Corrida de toros. Lleno.
Toros de Victoriano del Río y uno, el sexto, de Toros de Cortés. De cierta clase y duración el buen primero; exigente y bravo el segundo, humillador por el derecho; flojo pero exigente por el derecho el tercero; soso y huidizo el cuarto, aunque tenía cierta codicia en la distancia corta hasta que se vio podido; bravo el quinto, de extraordinaria embestida por el pitón izquierdo;
Sebastián Castella, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos
Emilio de Justo, silencio tras aviso y dos orejas.
Ginés Marín, oreja y silencio.
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ