La Monumental de Pamplona acogía, este miércoles, la sexta de la Feria del Toro, una corrida de Fuente Ymbro ante la que hacían el paseíllo Miguel Ángel Perera, Roca Rey y Tomás Rufo.
Perera rasca series profundas ante la nobleza sin chispa del primero
“Historiador” se llamaba el negro listón primero, un número 206 de 520 kilos, primero del lote de Miguel Ángel Perera, un toro que salió muy soso embistiendo a la capa del extremeño y que se le cuidó en el caballo. Pasador sin más el de Gallardo en el quite por chicuelinas de Perera, le intentó abrir los caminos Jesús Díez “Fini” en la lidia. Muy superior Perera ante el animal, que tenía cierta calidad, pero le faltaba ese punto de fuelle para repetir, y le faltaba fuerza y chispa para que la obra llegase con fuerza arriba. Gobernó en series profundas por ambos lados, y ya con el animal a menos, se lo pasó cerca en el final de faena. Dejó una media contraria de fea colocación, lo que quizá evitó el premio.
Roca Rey expone ante el serísimo pero nada humillador segundo y se la forma: le corta las dos orejas
“Pijotero” llevaba por nombre el segundo, número 43, castaño claro bragado de 525 kilos, nacido en diciembre de 2018, de mucha seriedad y primero del lote de Roca Rey. Poderoso en las verónicas el peruano, despaciosas algunas de ellas, ante un animal que metía bien la cara en el embroque. Fue presto el animal hacia el caballo de Sergio Molina, que picó en el sitio en la primera vara y la segunda fue ligera. Entró Tomás Rufo al quite por chicuelinas y le respondió Roca Rey por saltilleras, cantadas por el tendido. Tras el tercio de banderillas, brindó al tendido. Y toreó auténticamente a placer de rodillas Roca Rey en el inicio de faena, pasándoselo por la espalda con una suprema naturalidad y posteriormente en toreo en redondo, también de hinojos, incluso con el hombro caído. Una locura en la plaza. Le costaba humillar y daba un feo tornillazo al final del viaje el serísimo animal, pero poco le importó al peruano, que le dio fiesta al animal y logró momentos profundos por ambos lados con calado arriba. El final, en cercanías, fue también de suprema autoridad, antes de una estocada entera y le cortó las dos orejas.
Los naturales despaciosos de un entregado Rufo desorejan al tercero
“Manirroto” se llamaba el tercero, número 193, negro mulato chorreado de capa, de 560 kilos, nacido en agosto de 2018 y primero de Tomás Rufo. Se entregó en varas el animal, aunque con poca fuerza, lo que hizo augurar una buena condición. Tras el tercio de banderillas, se echó de hinojos Tomás Rufo para iniciar la obra, conectando con el tendido. Con una gran profundidad toreó de muleta el toledano en las primeras tandas por ambos lados al animal; obra de compromiso del manchego, despacioso en su trazo ante la brava condición de su oponente, al que intentó embeber en redondo especialmente al natural, por donde la obra alcanzó grandes cotas. Los remates de serie también tuvieron garbo, y cuando el animal se vino a menos, atacó en cercanías Tomás, antes de dejar una estocada un punto baja pero efectiva y pasear las dos orejas.
Perera somete al exigente cuarto, al que le corta una oreja de peso
“Cazador” se llamaba el cuarto, número 109, negro mulato de capa, de 575 kilos, nacido en diciembre de 2018 y segundo del lote de Miguel Ángel Perera. Quería humillar el animal, que se cuidó en el caballo de Ángel Rivas. Se defendía mucho en el final del muletazo el de Fuente Ymbro, que Perera brindó a su ganadero, Ricardo Gallardo. Toro exigente, ante el que Perera anduvo poderoso y con el que dejó toreo profundo especialmente al natural, por donde sometió y le pudo al de Fuente Ymbro. Le bajó la mano para decir que mandaba él, porque era la medicina que el toro requería. Faena larga, pero que no perdió la intensidad, y que remató por circulares invertidos que llegaron con fuerza arriba. Dejó una estocada trasera y tendida de tardo efecto, tras la cual se concedió una oreja de peso.
Roca Rey somete la media altura del quinto y corta otra oreja con petición de la segunda
El quinto, segundo del lote de Roca Rey, se llamaba “Jarrero”, número 32, de 525 kilos, nacido en febrero de 2019, un toro que cumplió sin más en el peto y en el capote lidiador, y al que Roca Rey dejó dos series de sometimiento por la mano derecha en el inicio de faena. Embestía a media altura el de Fuente Ymbro, que tenía fijeza pero le faltaba ese punto de transmisión. Y eso lo puso Roca Rey, que tras someterlo se metió con él en cercanías, y se pasó por detrás y por delante a un toro al que despenó de una estocada entera y efectiva y le paseó otra oreja con petición de la segunda.
Rufo se las ve con un desentendido sexto, que salía suelto del embroque
“Hortelano” se llamaba el cierraplaza, segundo del lote de Tomás Rufo, número 85, negro de capa y de 550 kilos. Fue un toro que no terminó de romper en los primeros tercios, y el que sí rompió fue Tomás; decidido desde el primer momento, se impuso a su condición y le robó naturales de mucho mérito. Salía muy distraído el toro, pero hizo un esfuerzo Rufo, que luego fue silenciado tras aviso tras pasaportarlo con el acero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Sexta de la Feria del Toro. Corrida de toros. Lleno.
Toros de Fuente Ymbro. Noble pero sin chispa el primero; de poca humillación y dando un feo derrote al final del viaje el pasador segundo; con poca fuerza pero con fondo de bravo el tercero; muy exigente el cuarto; embestidor a media altura el quinto; desentendido el sexto, que salía suelto del embroque.
Miguel Ángel Perera, ovación y oreja tras aviso.
Roca Rey, dos orejas y oreja.
Tomás Rufo, dos orejas y silencio tras aviso.
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ
