COLUMNA

Paco Camino, el «Mozart del toreo» (por Carlos Abella)


martes 30 julio, 2024

Semblanza de Carlos Abella, biógrafo de Paco Camino

Paco Camino
Paco Camino. Efe

Paco Camino ha sido el torero de mi juventud y primera veteranía. Le vi torear por primera vez en la plaza de toros de Las Arenas de Barcelona en febrero de 1959 alternando con Curro Montes y Pepe Osuna. Me pareció un novillero superdotado, capaz de simultanear arte y valor, y de acreditar un asombrosa facilidad y precocidad, y por esta cualidad titulé mi biografía sobre el como «Paco Camino, el Mozart del toreo» porque como el gran y joven compositor, Camino fue alguien que acreditó sapiencia y poder para diseñar varias sinfonías taurinas a tan temprana edad.

Su trayectoria fue extensa, amplia y fecunda pues sedujo a las plazas más relevantes del toreo y Las Ventas una de ellas, y en México fue después de Manolete el torero más querido, admirado y consentido. Sufrió fuertes cornadas,y una de ellas le tuvo al borde de la muerte, en Aranjuez, en 1981, por las astas de un toro de Baltasar Ibán.

Ejecuto la verónica con un gran clasicismo, fue un prodigio interpretando la chicuelina y con la muleta muy leal al concepto clásico, de primar la ligazón. Su espada ha sido excepcional por su pureza y lentitud y hay fotografías de Cuevas, Botan, Jesús, y Cano que inmortalizan volapiés soberbios, con la mano y la espada en el morrillo y el cuerpo y las piernas delante de los pitones.

Ha muerto en la paz de su finca a pie de Gredos, después de haber dejado un testimonio de valor y arte. DEP.