30 de Julio 1977. La casa Lozano anuncia una novillada con reses de Román Sorando. Tres para los rejoneadores Álvaro Domecq y Joao Moura y cuatro para Víctor Vázquez y Juan Antonio, el niño torero sevillano.
El sevillano cautiva a Pontevedra con su arrojo y corta tres orejas en una tarde memorable en la que es volteado en varias ocasiones pero más veces pone a la plaza en pie con su raza volviendo a la cara del novillo.
A finales de julio debuta en Pontevedra con caballos Juan Antonio, ese niño torero de julio. Triunfo clamoroso junto al Mangui y repetición quince días después con otro alboroto del sevillano.
Espartaco había llegado a Pontevedra.
El año siguiente despachó cuatro novillos con tres orejas y un clamor de un ídolo sin haber tomado la alternativa y con una juventud…
Con 16 años Espartaco acude a Pontevedra de matador de toros cortando cuatro orejas y un rabo junto a Ángel Teruel y Antonio José Galán.
En los años ochenta sigue arrasando contando sus actuaciones por salidas a hombros y protagonizando un duelo con Palomo Linares que quedará grabado en la memoria de todos.
La longevidad del maestro y su afán competitivo le llevó a torear hasta en el 30 aniversario de su alternativa y sus triunfos le han unido al coso de San Roque para siempre.
Aquél niño que apareció en la becerrada se convirtió en leyenda y su carrera quedó unida para siempre en Pontevedra desde su debut con caballos sólo unos meses después. Con el tiempo la torería y la picardía de la época fueron descubiertas y Juan Antonio Ruiz Espartaco mostró al mundo que debutó con solo catorce años en el Coso de San Roque.