Hay una amalgama de espadas que de una forma u otra están estrechamente ligados a maestros retirados que fueron fuente de inspiración para ellos cuando éstos comenzaban en la profesión, una serie de espadas que se nutrieron de las faenas de estos gracias a las redes sociales: Curro Vázquez, Manolo Cortés, Pepe Luis Vargas, Fernando Cepeda… entre muchos otros fueron, y son, fuente de inspiración tanto para los aficionados como para gran parte de los espadas que hoy se baten el cobre en el ruedo.
Pero amén de matadores de toros retirados, también hay taurinos que fueron el apoyo de muchos diestros cuando estos estaban comenzando en la profesión. Uno de ellos fue Juan Rodríguez “El Chuli”, empresario que apostó por Ortega en unos comienzos donde era complicado hasta encontrar tentaderos donde desarrollar delante de las vacas todo aquello que el sevillano hacía de salón.
Un hombre hecho así mismo que desde niño estuvo muy ligado al mundo ganadero, especialmente al porcino y al vacuno de carne, pero cuya pasión siempre ha sido el toreo. Junto al ganadero Román Sorando, fueron los primeros apoderados que tuvo Ortega. A sus más de 88 años sigue acompañando cada tarde -que puede- a Juan Ortega con la misma pasión, entrega y vitalidad que el primer día. Un hombre que siempre tuvo debilidad por un novillero que tenía mucho que ofrecerle al toreo, ese que con los años acabaría asentándose en las ferias.
Ambos llevan el mismo nombre que “El Pasmo de Triana”, un Belmonte al que ambos admiraron y del que se nutrieron delante de la cara de los animales. Pese a no unirles lazos de sangre ambos se consideran más que amigos. Ambos hablan el mismo idioma existiendo entre ellos vasos comunicantes. Chuli y Juan Ortega saben todo lo que han pasado juntos, y ahora que el sevillano goza de un estatus importante en el escalafón se disfruta el doble de todo lo conseguido.
El pasado mes de septiembre de 2023 en Valladolid Juan bordaría el toreo en una tarde que será recordada por lo que allí se vivió. En una de las vueltas al ruedo ambos se abrazaron en un claro gesto de cariño entre ambos. Una fotografía que sería captada por la fotógrafa de la empresa y publicada en las redes sociales. Fue la guinda a la tarde, un regalo que Juan le hizo a su querido Chuli, que siempre expresó su admiración por el sevillano.
