Gómez del Pilar dio, este domingo, un zarpazo en la Feria francesa de Vic-Fézensac. El diestro toledano ofreció una tarde de auténtico lidiador y de poder frente a su lote de José Escolar: un primero muy peligroso y que se revolvía para buscar al que tenía delante y un sexto bravo, humillador y enclasado al que cuajó a placer Noé. Horas después de ese triunfo rotundo en una de las plazas emblemas de Francia, habla con CULTORO para narrar sus sensaciones.
«Fueron dos orejones de plaza de primera. Anoche venía muy feliz en el coche, y ahora que me acabo de despertar en España, me doy cuenta de que son palabras mayores lo que conseguí. Ahora quedan dos fines de semana siguientes con compromisos muy fuertes: Céret el día 18 y Mont de Marsan el día 25. Espero pegar otro aldabonazo, que sería redondear el año y la temporada», describe el torero sobre o que siente en estos momentos.
Gómez del Pilar anduvo muy metido en la tarde desde el minuto 1: «Ayer fue de los días en los que, saliendo de casa, sentí que iba a pasar algo grande. Con mi primer toro se vieron la decisión, las ganas y muchas cosas; el animal fue peligroso, pero en ningún momento le volví la cara. Sabía que Vic, en estos momentos, y al ser plaza de primera, me iba a servir. De momento, esta batalla la hemos ganado», pone en valor el diestro castellano-manchego.
El toro del triunfo «fue cumbre», define el diestro. «Es de los toros que quieres encontrarte en tu carrera. Este año me vengo encontrando muy bien, las cosas en el campo están saliendo y aquel toro fue de los que quieres encontrarte: el animal fue bravo, tuvo humillación, recorrido, una gran virtud que fue que en los primeros compases de la tanda te permitía irte de lejos, algo que es difícil en el encaste Albaserrada-Santa Coloma», explica el diestro.
«El toro, la verdad, que fue para cuajarlo de principio a fin como lo hice. El animal murió de la mejor manera posible, de una gran estocada», concluye Noé.