Muchos han sido los taurinos que han dejado huella en un número importante de espadas, apoderados que supieron en cada momento que necesitaba su poderdante para poder sacar todo lo que llevaban dentro. Unos necesitaban un contacto directo, otros su espacio, e incluso algunos alguien que fuera más allá de las labores que realiza un apoderado al uso. Al igual que sucede en otras profesiones, el torero necesita estar con la mente limpia, es decir, no tener preocupaciones externas que le resten delante del toro, por eso siempre ha sido crucial la figura de un hombre que le resolviera esos problemas que podían surgir en el día a día.
Si hay algún apoderado, taurino, empresario o descubridor de toreros que haya tenido ojo y capacidad para lanzar, en sus inicios, las carreras de numerosas figuras del toreo, ese es, sin duda, Santiago López. El granadino -afincado en Valencia- siempre ha sabido captar ese talento, encontrar ese filón que con el tiempo acabaría llegando a ser un torero importante en el escalafón. Cierto es que no todos llegan, muchos se quedan por el camino, algo que no es único en el toreo.
Santiago López tomó la alternativa en 1969 y en 1980 se hizo apoderado
Oriundo de Alhama (Granada), ha estado ligado al mundo del toro desde que, con 16 años, abandonó su tierra natal para probar suerte en el mundo del toro. Tras una etapa como maletilla logró estableciéndose en Valencia tras una época donde ejerció todo tipo de trabajos. Tomó la alternativa en su plaza el 8 de junio de 1969, actuando Diego Puerta como padrino y El Viti de testigo. Tras once temporadas como matador, Santiago López decidió retirarse de los ruedos en 1980 convirtiéndose posteriormente en apoderado.
Por sus experimentadas manos, pasaron proyectos de toreros que con el tiempo llegaron a convertirse en toreros de ferias, y en algunos casos en figuras del toreo. Desde José Antonio Campuzano hasta Varea, pasando por Dámaso González, Luis Francisco Esplá, Rafi de la Viña, José Tomás, Diego Urdiales, El Fandi, Manolo Carrión, Rubén Pinar, Juan Bautista o Román. Un hombre que hace tiempo puso sus miras en Nek Romero, novillero valenciano que tomará la alternativa el coso de la calle Xàtiva el próximo 9 de octubre.
Como ya contamos en su día en este medio, uno de los sueños de Santiago era comenzar con un chico de Valencia -su tierra de adopción- desde sus primeros pasos y volar con él hasta el cielo más alto. Lo intentó con Román, pero ahora es Nek el que puede llegar a conseguirlo si los toros le respetan y continua por la senda mostrada hasta ahora. El valenciano ya ha puntuado varias veces en su plaza, dando toques de atención en otros ruedos de máxima exigencia.