José Antonio Morante de la Puebla ha vivido en el último año y medio momentos convulsos pese a conseguir hitos importantes en el toreo como el rabo que paseó durante la Feria de Abril de 2023. El sevillano siempre ha sido un torero genuino, un diestro especial tanto dentro como fuera de los ruedos, pero que ha visto cómo en determinados momentos los fantasmas de una enfermedad que llegó por sorpresa cuando tenía 21 no le han abandonado.
El matador de toros oriundo de La Puebla del Río (Sevilla) lleva años con una legión de partidarios que acuden a verlo allá donde se anuncie, aficionados a los que le mueve la personalidad de un espada que sigue bebiendo de esos toreros de la edad de oro que tanto le dieron a la fiesta. Morante ha sido un espada que ha rescatado suertes antiguas, pero ahí no queda la cosa, el cigarrero también apostó por tejidos, colores y bordados aquella época donde los trajes eran considerados auténticas joyas.
Torero con una personalidad arrolladora que pese a todos los vaivenes de la vida ha sabido siempre salir a flote. Tras cortar temporalmente su temporada a comienzo del mes de junio el aficionado andaba preocupado por la situación de un espada que no pudo aguantar el ritmo de una temporada muy complicado para él tanto en lo anímico como en lo físico. Su reaparición ha sido fulgurante, ha vuelto recordando a ese torero de 2019 que salió espoleado por la llegada de jóvenes valores, o aquel de un 2022 donde sumó más de 100 paseíllos.
Morante: «Intento que la presión no me domine»
Pero muchos se preguntan si llegará a final de temporada en septiembre se le preguntó al diestro hispalense hace unos días en el periódico The Times: “Intento que la presión no me domine porque sé que hay mucha gente que quiere que toree pero también que toree sintiéndome bien”, comentó. “A veces puedo disimular esa presión… Sigo con el tratamiento pero con mucha angustia”. Una pausa. “La verdad es que sufro mucho” finalizó exponiendo.
Los médicos le dejaron claro que el seguir toreando le ayudaría con su salud mental, esa que fechas atrás le impedía hasta coger la muleta: “No es fácil decir si es así, pero los médicos han hecho mucho hincapié en que debo seguir toreando, haciendo mi profesión, y que esto se irá pasando poco a poco”, dice, antes de añadir entre risas: “Ellos tienen esperanza, pero yo… no tanto”.