Cristóbal Reyes es un diestro que tras tomar la alternativa en la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda el 21 de agosto de 2021 ansía poder confirmarla en la primera plaza del mundo. El diestro jerezano optó por decir sí a la oferta puesta sobre la mesa por parte de un Carmelo García que siempre ha apostado por una serie de toreros jóvenes con mucho futuro, amén de hacerlo por divisas de diferentes encastes y procedencias que han sido santo y seña del campo bravo. Tras dicha alternativa participó en La Copa Chenel, no encontrando ese triunfo que le catapultase a otra posición del escalafón. Ahora, la oportunidad de Cenicientos en las dos últimas temporadas ha sido su pulmón para seguir vivo en el toreo.
«La tarde del 16 de agosto fue de mucha responsabilidad, una tarde que era decisiva para mi y la última bala para seguir vivo en mi profesión. Creo que de la manera en la que me lo tome, así se ha reflejado». Fue con un encierro protagonizado por la ganadería de Saltillo, destacando el tercero de la tarde: «Para que haya una tarde excepcional tiene que haber un toro excepcional. «Cafetero» con el número 65 pudo lucir toda su bravura en forma de embestido que le dio honor a la ganadería. Fue un toro muy bravo y con mucha prontitud, además de humillar, lo que permitió torearlo como nunca había soñado que podía hacerlo», destaca Reyes.
«Cuando paré el toro, realmente salí con decisión, pero yo no lo vi por verónicas. Después de haber salido del primer puyazo lo tanteé con el capote y ahí fue cuando vi la calidad del toro. Mi banderillero me reafirmó lo que había visto y hubo un momento antes de coger la muleta en el que yo ya lo tenía claro, y menos mal que tenía la mente despejada y me di cuenta de que estaba delante del toro que iba a cambiar mi situación. Tuve que mantener la máxima concentración y sereno para poder hacer las cosas bien», recuerda Reyes.
Los primeros compases por el lado derecho «fueron para poner al toro la velocidad e ir entendiendo su comportamiento, pero cuando cambié a la mano izquierda, fueron cuatro tandas de naturales que fueron los que pusieron a la plaza en niveles muy altos», recuerda el joven. «Sabemos que cuando vamos a una corrida de toros de este corte torista, los toros no lo ponen fácil. Los dos primeros toros salieron con varias complicaciones que impidieron el triunfo de mis compañeros. Mi toro fue un regalo en medio de un campo de minas. La tarde en sí, fue dura porque todos los toros, excepto el tercero, tuvieron complicaciones», analiza el joven.
Y valora que «he tenido una buena recepción por parte de profesionales, compañeros y aficionados que me han mostrado todo su respeto y sobre todo el reconocimiento de mi esfuerzo». «Cenicientos ha sido una bala de oxígeno para seguir adelante con mi profesión; espero que pronto llegue Madrid», concluye.