Con la temporada afrontando su recta final son muchos los espadas que ven cada vez más cerca ese anhelado descanso una vez finalizados sus compromisos en las plazas de mayor relevancia de España y Francia. Estos son mayoría dentro de un escalafón que no cruza el charco de forma masiva como si ocurría décadas atrás cuando prácticamente enlazaban dos temporadas consecutivas al solapar Europa con América. Pese a algunos casos como el de Antonio Ferrera, Alejandro Talavante o Roca Rey, el resto torea de forma puntual en plazas muy concretas.
Uno de esos espadas que siempre tuvo especial vinculación con México o Colombia fue el madrileño José Tomás, un diestro que se anunció en las ferias más importantes de ambos países sin renunciar a hacer incursiones en cosos peruanos, ecuatorianos y venezolanos. Diestro que sufrió una de las cornadas más duras de su carrera en la Monumental de Aguascalientes por el toro ‘Navegante’. Afortunadamente, se recuperó de dicho percance volviendo a la cara del toro unos meses después.
A raíz de esa cornada redujo de forma ostensible una carrera no pasaba de la decena de corridas por temporada. Una reducción de festejos que ha provocado una especial atención por parte de los aficionados en todos y cada uno de los festejos que se anunciaba, agotándose las entradas en un abrir y cerrar de ojos. José Tomás siempre ha sido un espada comprometido con los más desfavorecidos, véase las distintas obras sociales que realiza y la fundación que preside, pero también ha estado ahí cuando algún profesional necesitaba de su presencia.
Una de las últimas tardes donde donó sus honorarios fue en aquella que servía como homenaje para Víctor Barrio en la plaza de toros de Valladolid. La reciente muerte del joven diestro en la plaza de toros de Teruel había dejado helada a una afición que quería rendirle un sincero homenaje a ese espada que había entregado su vida a su profesión. La plaza se llenó hasta el tejadillo, recaudándose una importante suma de dinero para una escultura en su honor gracias a la presencia de seis toreros que dieron el paso adelante sin mirar más allá de su compañero fallecido.
Juan José Padilla, el citado José Tomás, José Antonio Morante de la Puebla, Julián López ‘El Juli’, José María Manzanares y Alejandro Talavante trenzaron el paseíllo aquel 4 de septiembre de 2016. Un torero que ya tiene su citada escultura en Sepúlveda gracias a esa donación de los honorarios que realizaron los espadas anunciados aquella tarde. Un gesto que la familia y los más allegados al torero no olvidarán, ese que quedará guardado en la memoria de una afición que disfrutó con el torero de unos espadas que sacaron lo mejor de sí para rendirle un tributo mayúsculo a Víctor Barrio.