Se cerraba la feria de El Álamo con novillos de Andoni Recagorri para Eduardo Neyra y Juan Herrero, y abrió plaza el número 52, negro de capa y de nombre «Numerario», de baja hechura, que fue recibido por el novillero de Durango con una larga cambiada en el tercio y verónicas. Tras dejarse pegar el utrero en la única vara, quedó bajo la lidia de David Adalid. Tran banderillas y el brindis personal, comenzó faena con suavidad Neyra, que se lo sacó más allá de las rayas. Mostró calidad el animal y el novillero le instrumentó una serie de derechazos con temple. Tras una limpia serie al natural, volvió a diestras el matador para ligar series de derechazos que conectaron con el público. Arrimón final de Eduardo Neyra antes de irse a por el acero, en una faena en la que apretó y sacó lo que había en el buen pozo de Recagorri, y en la que el trasteo del novillero mexicano fue a más, cerrada por ajustadísimas bernardinas. Pero lamentablemente la espada se fue abajo y eso enfrió los ánimos del pueblo. Ovación para el novillo y palmas para Eduardo Neyra.
El segundo era «Barbazulito», número 52 , castaño de capa y que abría más la cara que el anterior, aunque sin exageración en su longitud de pitón. Animal con poca fijeza de salida al que Juan Herrero tuvo que ir a por él, sufriendo una espeluznante voltereta al tratar de estirarse a la verónica, afortunadamente sin consecuencias aparentes. Tras una buena y liviana vara de David Prados, y el tercio de banderillas, brindó el novillero madrileño al público y comenzó faena con pases por alto a pies juntos. Suavidad en los primeros derechazos para continuar con esa mano apretando más al novillo que sacó un punto de genio pero que derrochaba humillación. Molestó algo el viento cuando Herrero se la echó a la zurda y por eso no pudo ligar la serie, sufriendo además una seria colada por parte del novillo. Después a diestras ya se puso más remiso el de Recagorri y el novillero tiró de arrimón para levantar la faena, pero el animal no quiso más. Dejó una estocada desprendida tras un pinchazo hondo arriba. Petición de trofeo a más desatendida por el usía, y vuelta al ruedo para Juan Herrero.
Saltó el tercero, «Blanquito» , número 18, castaño de capa, bajo y bizco del derecho, al que paró Neyra. Apretó el novillo en varas donde recibió un puyazo delantero. Saltó la noticia en banderillas; no saludó David Adalid. Brindis de Eduardo Neyra al público para comenzar obra con muletazos por bajo, bajándole los humos al utrero de Recagorri que embestía con brusquedad. Luego la embestida del utrero fue algo cambiante por el derecho, pero Neyra le bajó la mano y lo apretó para lograr que el novillo siguiera el trapo con limpieza y mando. Al natural protestaba el cornúpeta, desluciendo los naturales y ,mediada otra serie de derechazos , el novillo cantó la gallina. Lo retuvo el novillero mexicano y ahí tragó en una última serie con la derecha con el novillo más parado. Dejó estocada atravesada que hizo guardia, sonó el aviso, y dejó otro espadazo tendido. Ovación para el novillo y silencio para Eduardo Neyra.
Cerró la tarde, que estaba anulada con cuatro novillos, «Ovación», número 12 y de pelo negro, bragado, meano , gargantillo y algo salpicado, bajo y de cornidelantera encordadura, al que paró Juan Herrero con eficacia. Recibió el novillo un buen puyazo por parte de Javier Sánchez. Tran banderillas, don dos buenos pares de juan Luis Garrido, comenzó faena sobre las rayas Juan Herrero genuflexo alargando la embestida del utrero. Tuvo teclas el novillo de Recagorri, que tardeaba, embestía por dentro, luego iba largo y humillado y al final protestaba. Firme Juan Herrero tragando y extrayendo muletazos limpios y de mérito por ambos pitones. Dejó estocada algo atravesada. Buena actuación del novillero madrileño que, está vez sí, fue premiado con el peludo trofeo. Palmas para el novillo de Andoni Recagorri. Entretenida feria la de El Álamo en la que los aceros evitaron más triunfos.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de El Álamo. Última de Feria. Casi medía entrada.
Novillos de Andoni Recagorri, de juego dispar aunque sin grandes dificultades.
Eduardo Neyra, palmas y silencio.
Juan Herrero, vuelta al ruedo y oreja.