Román, Roca Rey y Joaquín Galdós hacían el paseíllo, este 8 de septiembre, en el bello coso cántabro de Santoña para lidiar un encierro de Torrealta. Un casi lleno acogía el coso. Y los dos peruanos salieron en volandas en un festejo triunfal y en el que la empresa siguió cultivando el toreo en Cantabria, una zona que lo necesita.
Roca Rey dejó dos obras de suprema autoridad, especialmente la del quinto, un toro al que cuajó ya desde un inicio de faena con exposición y en el toreo fundamental. Faena importante, de ligazón y de largura en los muletazos, coronada de una estocada antes de pasear el doble apéndice. Frente a su primero, que tenía un problema de movilidad, expuso y le paseó un premio.
El gusto de Joaquín Galdós volvió a quedar patente frente al sexto, al que desorejó en una faena importante y en la que intentó ralentizar cada trazo; antes, su primero fue un toro que no fue nada fácil y con el que estuvo muy firme, siempre en el sitio, pero ante un animal complejo.
Román dejó dos obras de entrega con su lote, especialmente el cuarto, pero el fallo con el acero le impidió tocar pelo. No obstante, volvió a dejar patente el sitio que tiene delante de los toros y la exposición en cada una de las series que propuso con verdad.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Santoña (Cantabria). Corrida de toros. Casi lleno.
Toros de Torrealta.
Román, ovación y palmas
Roca Rey, oreja y dos orejas
Joaquín Galdós, ovación y dos orejas