Muchos siguen buscando en el mapa a esta localidad toledana que descubrieron, quizás con humor de inicio, a escuchar el nombre de Tomás Rufo por primera vez.
Pepino se encuentra a 10 minutos de Talavera y, cuando uno pisa sus calles, tiene claro porque aquí ha nacido una gran realidad de la tauromaquia.
Al entrar al pueblo te encuentras a mano izquierda el bar El Albero, taurino de nombre dónde los haya, para avanzar por la misma calle hacia el bar Moisés ahora regentado por Juanito, lugar dónde los pepineros se juntan para ver las tardes de Rufo en la televisión.
Al otro lado encuentras un templo gastronómico llamado Casa Gerardo dónde hasta la carta es puro toreo. Las paredes son un templo al toro con el orgullo de tener a un Tomás al que quiere como a un hermano pequeño.
Doscientos metros escasamente más para adelante se encuentra la Plaza con la forma ideal para convertirse en el mes de septiembre en el epicentro de la vida de los pepineros, su histórica plaza de palos.
Desde un arco observa un toro que fue esculpido en homenaje a Mario Gómez, primer matador de la villa.
Si llegan las fiestas ves como un alcalde taurino dónde los haya, Cito, saca a la plaza animales para que los pepineros recuerden sus viejos tiempos.
No sé cuántos saltan a la plaza rememorando sus sueños de toreo: Andrés, Manu el fotógrafo, Samuel, Mario, Luis… y así podría seguir incansablemente. Este año hasta el padre de Tomás rememoró viejos tiempos…
Lo mejor es que al día siguiente son los niños de la escuela, enseñados y jaleados por los antiguos toreros, los que luchan por ser toreros y en ese caldo de cultivo, con encierros y sueltas de reses y los tendidos llenos de chavales no es de extrañar que ahí emergiera la figura de Tomás Rufo.
Tomás sigue en su pueblo y en fiestas le puedes encontrar viniendo de un tentadero con su fiel Sergio poniéndose la camiseta del club Aperone, sus amigos de toda la vida.
Todo el pueblo estará en Talavera el día 21 porque Tomás es parte de ellos y al revés. Desde que Germán revitalizara la Peña Taurina de Tomás se suceden los viajes organizados por España detrás del torero, detrás de las propias raíces de Pepino.