Al César lo que es del César, y si bien este medio ha venido denunciando especialmente en los últimos meses que grandes figuras no terminaban de abrir camino a jóvenes revelaciones, que no terminaban de entrar en los carteles de boato en las principales Ferias como cotidianeidad, es de loa el gesto de José María Manzanares especialmente este martes con la entrada de Borja Jiménez por Morante en la corrida concurso del domingo en Salamanca. Y más tratándose de un festejo de este tipo, con el toro como gran protagonista -teniendo en cuenta lo sagrada que es la decisión de anunciarse con uno u otro hierro para un torero, y teniendo en cuenta también que cambia el orden de lidia de los matadores, mas no el de los toros-.
Era el momento de darle la responsabilidad a quien se lo ha ganado en un ruedo con sus muslos y sus triunfos este año. Borja Jiménez, triunfador del pasado Otoño, con dos orejas en Sevilla, otras tres en Madrid -que debieron ser cuatro de no ser por el palco-, coronarse como triunfador de San Isidro, pagar con sangre su entrega en Pamplona, cortar tres premios en una rotunda tarde en Bilbao… se había quedado fuera de la mayoría de Ferias en la última parte del verano. Y ahora una máxima figura ha tenido un gesto de honra con él, teniendo también en cuenta que el tercer espada del cartel es el joven Ismael Martín, por lo que la responsabilidad social también es mayor para el alicantino.
Ojalá y esta sea la tónica habitual en un 2025 en el que otras revelaciones deben seguir entrando en la mayoría de las Ferias importantes. Porque quien se lo gana en el ruedo, con sus muslos, su sangre y su toreo, merece la gloria de este rito.
Bien es cierto que cada cartel y cada plaza tienen una connotación especial, toreros que encajan más que otros en según qué cosos, pero no es menos cierto que también hay que darle cabida a otros espadas de futuro que merecen entrar sin excusas en carteles de figuras. El empresario conoce, o debe conocer, el gusto de los aficionados de los cosos que gestiona, de ahí que apueste por una serie de toreros que encajen por la idiosincrasia de la plaza en cuestión. Pero a unos se les puso el camino más fácil de lo que se les está poniendo a otros.
Chapeau por José María Manzanares.