Foto: Eduardo Porcuna
La Real Maestranza de Caballería de Sevilla acogía, este 28 de septiembre, la segunda de la Feria de San Miguel, en la que se lidiaba un encierro de Garcigrande para José María Manzanares, Borja Jiménez y Roca Rey con un No hay billetes en el cartel.
Manzanares, silenciado con un primero que se apagó como una velita
Le puso empaque Manzanares al recibo capotero al primero, un astado de Garcigrande que embistió con nobleza pero sin emplearse en exceso. Acometió con prontitud al jaco en un tercio de varas donde empujó con la cara alta haciendo sonar el estribo. Se gustó Jiménez con un garboso quite por chicuelinas donde se enroscó al animal a la cintura, cerrando dicho quite con una media al ralentí. Saludaría Juan José Trujillo tras un sensacional tercio de banderillas donde destacó también la gran lidia de Diego Vicente. Despacioso fueron los primeros muletazos de Manzanares, torero que acarició la embestida del animal con un inicio esperanzador. Pese a la buena condición del toro, a este le faltaron finales, algo que Manzanares tuvo en cuenta para aliviarlo conforme avanzaba la tanda. Se lo pensó más a zurdas, embistiendo por dentro y descolocado a un espada que no optó por cambiarlo de terrenos. Le faltó un punto de fibra al alicantino ante un ejemplar que se fue apagando como una velita. Tras atascarse con los aceros fue finalmente silenciado tras un trasteo a menos.
Silenciada la porfía de Jiménez con un segundo venido a menos
Se fue Jiménez a recibir al segundo a la puerta de chiqueros en un claro gesto de compromiso con la tarde. Varios metros antes de la segunda raya del tercio se colocó para saludar capote en mano a un astado al que torería con las muñecas en un jaleado recibo a la verónica. Galleando por chicuelinas llevó Borja al segundo al jaco, un tercio donde el de Garcigrande tuvo una pelea desigual destacando las dos varas de un ovacionado Vicente González Barrera. Variado y muy ceñido fue el quite de un Roca Rey que aprovechó la inercia del astado para traérselo cosido al cuerpo. Subido en el estribo comenzó su labor el sevillano antes de sacarlo al tercio con muletazos jaleados por la parroquia hispalense. Se lo pensó una enormidad un astado que tendía a quedarse descolocado, teniendo que rectificar el espada y volver a citar al animal. Por el izquierdo tampoco quiso irse tras los vuelos, acertando Jiménez en cruzarse más con al pitón contrario para aprovechar ese medio muletazo que ya le quedaba al astado. Porfió el joven espada ante un toro bajo de raza que acusó en demasía el segundo puyazo. Se atascó con la tizona siendo finalmente silenciado.
Ovacionado Roca Rey con el feble tercero
’Bandolero’ llevaba por nombre el tercero, un animal bajo y con la cara colorada que no quiso saber nada de los capotes hasta que Roca Rey se fue a buscarlo al tercio. Toreó con los brazos y la cintura el limeño en verónicas media altura ante un astado sosito y medido de fortaleza. A media altura y sin obligarlo comenzó su trasteo un espada que siempre fue consciente de la merma física del toro pero también de la buena condición del mismo. Todo lo quiso por bajo este tercero, animal que fue poco a poco asentándose y al que Roca Rey tardó en cogerle el ritmo. Tandas cortas donde siempre buscó jugar con las alturas para no quebrantar al astado salmantino. A zurdas buscó torearlo con los vuelos en naturales donde quiso imprimirle suavidad a los mismos. Volvería al toreo en redondo para acabar de apretar a un astado que se afligió cuando este le exigió. Andrés pidió que cesara la música para intentar cincelar una tanda final que resultaría desigual con el toro ya muy parado. Tras una estocada tendida escuchó una ovación.
Silenciado Manzanares con un cuarto que se lo guardó todo dentro
De embestida pasadora fue el cuarto de Garcigrande, un animal que pasó sin pena ni gloria por el jaco, acometiendo con prontitud, pero a media altura, al capote de Borja Jiménez. No fue fácil de banderillear llegando a la muleta aquerenciado junto al tendido 4. Dispuesto anduvo el alicantino ante un ejemplar que embistió con todo, ese al que Manzanares buscó meterlo en la muleta sin éxito. Un Garcigrande que siempre acometió apretando y sabiendo aquello que se dejaba atrás. Sevilla le recriminó la colocación a un espada que no acabó de dar el paso ante un astado que nunca vino entregado en las telas. Tras enterrar el acero escucharía silencio.
Jiménez pincha una de las faenas de su temporada y da una aclamada vuelta al ruedo
Volvió a repetir Borja el gesto de irse a la puerta de chiqueros en el quinto, un toro que se vino cruzado y con el que el sevillano dejó verónicas de fino trazo a media altura. Se le midió en el caballo por parte de Tito Sandoval antes de dejar nuevamente Jiménez tres capotazos marcados por la cadencia. Pese a la buena lidia de Varela el astado siguió apretando cuando veía un presa cerca. Brindaría su labor a su hermano Javier, esa que comenzaría de hinojos pasándose al toro por la cintura y llevándolo siempre toreado. Muy derechito se puso Borja para torear con la cintura al animal mientras sonaban los acordes de Juncal. Con la muleta en la izquierda dejó los mejores pasajes de la tarde cuando enganchó la embestida y apretó por abajo al Garcigrande. Zapatillas asentadas, mentó en el pecho y juego de muñecas, todo lo hizo con hondura ante un ejemplar que la tomó con ritmo cuando venía sometido. Hundió las zapatillas en el albero para crujirse en una última serie de gran profundidad, esa que puso a la Maestranza de pie tras una trinchera y un pase de pecho de pitón a rabo. ¡Eso es torear! Se escuchó decir a Rafael Torres mientras se pasaba por la faja al animal. Pero aquello que iba camino de un triunfo de importancia se vio truncado al encontrar hueso tras un final de faena por bajo de gran sabor. Pese a pincharlo la plaza pidió unánimemente la vuelta al ruedo, reconociendo así la labor de un torero que con 25 muletazos firmó una de las faenas de la temporada en esta plaza.
Roca porfía con el complicado sexto
Tampoco estuvo sobrado de fortaleza el sexto, un toro que se vino cruzado al capote del peruano y que se dejó pegar en el jaco pese a no ser excesivo el castigo. Se puso más allá del tercio Andrés para citar al que cerraba plaza, un ejemplar que se volvió a venir cruzado estando a un tris de echarse al limeño a los lomos. Cambió de pitón tras un par de coladas, algo que repetiría también por el lado izquierdo. Se puso de verdad Andrés con un toro probón al que no podía dejar pensar, pero no consiguió pulir los defectos de un Garcigrande que se lo guardó todo dentro. Tras meter la mano con habilidad fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Segunda de la Feria de San Miguel. Corrida de toros.
Toros de Garcigrande. Con nobleza pero de embestida a media altura un primero que se apagó como una velita; apagado un segundo medido de raza que acusó la segunda vara; sin raza ni empuje un esaborío quinto que se lo guardó todo dentro; de geniuda condición el complicado sexto.
José María Manzanares (nazareno y oro): silencio en ambos.
Borja Jiménez (marfil y oro), silencio y vuelta al ruedo.
Roca Rey (pizarra y azabache), ovación y silencio.
Incidencias: Saludó Juan José Trujillo tras parear al primero.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA