El pasado 5 de octubre la localidad valenciana de Massamagrell vivía uno de los días más importantes del año con la suelta de dos astados pertenecientes a la divisa sevillana de Juan Pedro Domecq, y otros tantos de la madrileña de Baltasar Ibán. La desencajonada de tres de los animales tendría lugar a las 17’30 horas, embolando al animal restante a las 23’59 de la noche, seguidamente de uno de los toros soltados durante la tarde.
“Rabosillo” n.15 g.9 y “Rabosillo” n.25 g.9, ambos con el mismo nombre y pertenecientes a la divisa de Baltasar Ibán, fueron cargados desde el ‘Cortijo Wellington’ el 4 de octubre llegando a la localidad valenciana varias horas después para ser exhibidos por sus calles. Se trataba de dos de las “estrellas” de la camada, animales que no entraron finalmente en la corrida de este San Isidro en Madrid y que finalmente encontraron acomodo en el festejo popular.
Animales que dieron buen juego, astados que propiciaron los recortes de unos mozos que no dudaron ni un instante en ponerse delante de estos imponentes astados. Ejemplares cinqueños que propiciaron ajustados recortes y quiebros por parte de aquellos que tuvieron la valentía de esperarlos a cuerpo limpio. Un día donde gran parte de los habitantes de Massamagrell disfrutaron de la suelta de cuatro toros que, con sus matices, dejaron satisfechos al personal.
Se trata de un evento emblemático que volvió a reunir a gran parte de los habitantes de esta localidad en unas horas donde el toro bravo se convertía en el centro de atención. Una fiesta llena de tradición, cultura y diversión para una localidad valenciana que se volcó nuevamente con la suelta de estos cuatro toros pertenecientes a dos de las vacadas más importantes del campo bravo. Reses de primera fila que bien podrían haberse lidiado en plazas de primera categoría, pero que encontraron su sitio en las calles de Massamagrell.
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Ésta fue una de las localidades de levante español que mayor empeño puso en recuperar los ‘bous al carrer’ en 2021, fecha donde todavía la pandemia limitaba muchas actividades de este tipo. La comarca de l’Horta Nord, con gran tradición taurina se echó el petate a la espalda e intentó por todos los medios devolver al pueblo aquello que EL COVID había frenado en seco. El ayuntamiento de Massamagrell se reunió con la agrupación de peñas taurinas del municipio -integrada por 16 peñas, los festeros de la Virgen del Rosario y los festeros de Sant Francesc- para ver la manera de volver a celebrar unos festejos que, una vez restablecidos, siguen demostrando que gozan de una gran salud.
La historia de una vacada con sello propio
Se trata de una ganadería formada en 1920 por D. Fernando Sánchez Rico con reses oriundas de Contreras. Nueve años después fue adquirida por D. Jerónimo Díaz Alonso, ganadero que adquirió un lote de vacas de procedencia Martínez. Tras finalizar la Guerra Civil sus herederos deciden venderla a D. Manuel González Martín `Machaquito´, quien decide aumentarla con otras reses de Contreras que ya poseía el criador de bravo salmantino. En 1940 cedió la mitad de la ganadería al Conde de Ruiseñada y en 1957 vendió la totalidad de su vacada a D. Baltasar Ibán Valdés que varió el hierro por el que actualmente utiliza.
Un ganadero que decidiría refrescar su ganadería -para ganar en tamaño- dándole entrada en la misma a reses de origen Domecq procedentes de la vacada de María Antonia Fonseca. En 1976, tras su fallecimiento, se anuncia a nombre de sus herederos. Ya en 1997 y tras el fallecimiento de D. José Luis Moratiel Ibán, es adquirida por sus herederos formándose la sociedad `Ganadería Ibán, S.L.´, actual propietaria de la divisa, pasando a anunciarse como `Baltasar Ibán´ en 2004. 20 años después sería José Antonio Moratiel, hermano de Cristina e hijo de Pilar Llarena, quien adquiere la titularidad de la ganadería.