Ponce y una mágica faena a «Triquiñuelo» para poner punto y final a su carrera en Europa

«Triquiñuelo» se llamaba el séptimo del festejo, un sobrero que regaló Enrique Ponce número 221, de 505 kilos del hierro de Juan Pedro Domecq. Tras el saludo de Ponce, tomó dos leves varas, para que aguantase la faena de muleta. Brillante la cuadrilla de Ponce, que debió saludar tras parear al animal. Emotivo el brindis de Enrique al tendido. La noble, encastada y humillada embestida del toro de Juan Pedro supo aprovecharla el torero, que estuvo extraordinario por la mano derecha, la base de la obra. Hubo muletazos en redondo, larguísimos. templados… en una obra que quedará para siempre en el corazón de Valencia. Al natural, más incierto el toro, le dejó momentos aislados Ponce. Remató la obra de una gran estocada y paseó las dos orejas.