CAMPO BRAVO

Una batalla por el poder captada por Cyrille Vidal: la espectacular pelea de cuatro toros de Pedraza


viernes 1 noviembre, 2024

Una batalla por el poder se desató en uno de los cercados de la divisa salmantina de Pedraza de Yeltes

Pedraza
La pelea de los toros de Pedraza de Yeltes. © Cyrille Vidal

Ya contamos en más de una ocasión que el toro bravo es jerárquico por naturaleza, un tipo de animal que está continuamente midiendo sus fuerzas, buscando destronar al líder o en su caso proteger aquello que se ganaron en su día. El cambio de tiempo, la entrada de nuevos hermanos en el cercado, el olor a vaca en los corrales cercanos… todo influye para que se encienda la mecha y comience una batalla campal en uno de los cercados

El toro bravo, a diferencia de otros animales jerárquicos no ataca para alimentarse, lo hace para ser el líder único de la manada. Desde hace unos 20 años se vienen usando en el campo bravo las conocidas fundas, esas que evitan la muerte de un gran número de animales por cornadas (cuchilladas), pero que no eliminan por completo esas citadas bajas. Con el pitón protegido los animales no tienen la sensación de hacer sangre, de ahí que los combates sean más voraces.

Hernias, cornadas internas, problemas en los pulmones… todo derivado de peleas a muerte donde el que decide dicha contienda es el tercero que llega por sorpresa, ese que desestabiliza a su oponente y decanta la pelea. En la cuenta de X de la vacada salmantina de Pedraza de Yeltes podemos ver unas imágenes que resumen a la perfección este problema. La chispa salta con dos de los toros de la camada en unas espectaculares imágenes captadas por el fotógrafo Cyrille Vidal.

Poco a poco se van sumando otros animales de la camada, consiguiendo estos acorralar al líder de la manada junto a la valla que separa los cercados, lugar donde el primero de ellos no tiene escapatoria. El castaño marcado a fuego con el número 20 ve como está en clara indefensión, pero no puede abandonar la lucha, debe continuar y defender su territorio. Las cornadas en el bajo vientre y en la culata del toro desestabilizan a este quedando a merced del resto de la camada.

En la siguiente publicación vemos como el astado es golpeado ferozmente por varios de sus compañeros, quedando en una posición muy complicada y llevándose la peor parte. Sin duda alguna este es uno de los mayores temores que tienen los hombres de campo, esos que son conscientes que es imposible interceder en una pela así, de ahí que cada uno busque sus fórmulas para evitarlas.

En vacadas como Lagunajanda meten a becerros en el cercado de los toros más fuertes para así calmarlos, otros como Ana Romero dividen a los animales en cercados más pequeños para evitar que se den la cara grupos de toros, mantras que ganaderías como corren con asiduidad a los toros para que estos se hermanen y una vez vuelvan al cercado estén lo suficientemente cansados como para no pegarse. Técnicas que no siempre funcionan, pero que ayudan a evitar este tipo de enfrentamientos día sí y día también.