Con la temporada prácticamente recién finalizada a este lado del charco la actividad taurina no cesa con la celebración de algunos festejos y la suelta de toros por las calles de varias localidades levantina. Este es el caso de Onda, Museros o Almansora, tres municipios que apuestan por el toro bravo de ganaderías tan significativas en la fiesta de los toros como Torrestrella, Santiago Domecq o Cebada Gago, entre otras.
El pasado sábado 19 de octubre fue el turno de un astado de los Hdros. Salvador García Cebada en Onda, un imponente animal sardo de nombre ‘Malancólico’ (Bou de Fira). Se trataba de los toros más imponentes de la vacada gaditana, un ejemplar que estaba reseñado para Pamplona pero que finalmente no corrió las calles de la capital navarra,
Si en 2023 esta localidad disfrutó con ‘Pergaño’ de la ganadería los Hdros de José Cebada Gago, este año ha sido el turno del citado ‘Melancólico’ marcado a fuego con el hierro de los Hdros. Salvador García Cebada. Se trataba de un toro marcado en rojo por todos los aficionados al mundo del festejo popular. “Este bou de la fira de una de las mejores ganaderías del país, como es Cebada Gago, representa la excelencia y la tradición taurina que tanto valoramos en nuestra Fira d’Onda” comentó en su día Sergio Puig, concejal de Fiestas y Tradiciones
Toros de Salvador García Cebada y Sergio Centelles ayer en mi pueblo, Onda. pic.twitter.com/LM8eqBdxur
— Jose Taurino 📹 (@afishionaoOnda) October 20, 2024
Una ganadería con mucha historia, un hierro que se fue cimentando gracias a la selección llevada a cabo en la casa y por la entrada de sementales que le dieron un gran salto a esta vacada familiar compuesta por dos hierros. Uno de los acontecimientos importantes en la ganadería tuvo que ver con la adquisición del toro “Fiscal”, ejemplar del hierro de Rincón marcado con el número 256, un astado que ligó especialmente bien en la casa.
Una vacada que linda con una de las fincas más señeras del campo bravo, concretamente con ‘Los Alburejos’, propiedad de D. Álvaro Domecq y Díez, ganadero con el que se entablará una entrañable amistad. Fruto de ello fue la compra de un lote de unas sesenta vacas a D. Juan Pedro Domecq y Díez, hembras que se repartieron entre los dos explotaciones ganaderas, introduciendo así el encaste Jandilla en la ganadería. En años sucesivos ambas casas ganaderas se prestarían sementales de la rama Núñez, sangre que todavía perdura en ambas vacadas.