Desde hace varios lustros los ganaderos de bravo buscan fuentes alternativas para sacarle el mayor rendimiento a sus dehesas. Como ya contamos en varias ocasiones -muchas de la propia boca de los criadores de bravo- la mayoría de las vacadas arrojan números negativos al final de año, una problemática que no se consigue corregir y que lleva a muchos ganaderos a tirar la toalla. Pocas son aquellas que pueden vivir del toro, existiendo también un ramillete que dejan la cuenta de resultado a cero.
Por todo ello es importante buscar esos recursos que da el campo para que esas ganaderías que van a pérdidas al menos logren empatar a final de año. Según la localización, la orografía y el terreno de la finca, esta podrá tener unos recursos u otros, destacando la agricultura en las zonas más bajas y onduladas, el aprovechamiento del corcho en las dehesas o utilizándola como coto de caza aquellas que se encuentran en un terreno más agreste y quebrado.
Como se suele decir “cada maestrillo tiene su librillo”, de ahí que cada casa ganadera opte por un camino distinto según sus experiencias personales. En Cuadri saben que es vital aprovechar cada metro cuadrado que da el campo, allí los imponentes astados de esta sangre tan particular conviven con otras especies que cohabitan en la zona. Aquí también hay zonas destinadas a la agricultura, cercados que durante el verano servirán para la alimentación de vacas y becerros gracias a la rastrojera.
Se trata de una vacada con personalidad propia, una divisa que pasta en una tierra anunciada por paredes de piedra donde las tierras de labor ceden el paso a la dehesa, esa donde las encinas, alcornoques y acebuches conviven junto a retamas, palmas y otras variedades de monte bajo muy dadas en esta zona de la provincia de Huelva. En ‘Comeuñas’ y ‘Cabecilla Pelá’ el animal bravo es el Rey, pero su futuro también depende de otros recursos alternativos como el corcho o la citada agricultura, dos ejes sobres los que pivota este legendario hierro ganadero.
Son tiempos donde la pasión y el amor por el toro tienen que convivir con los números, el corazón y la cabeza deben unirse para hacer viable una explotación de bravo. El alcornocal onubense, uno de los más importantes de la Península Ibérica, ofrece un gran pilar ambiental para ese territorio que copa hectáreas y hectáreas en distintas zonas de la provincia. El descorche es todo un ritual que continúa practicándose como hace siglos. Se trata de unas labores que se realizan cada nueve años (ciclo de crecimiento del corcho en el árbol) aportando este importantes recursos económicos a las explotaciones.
Torrealta, otra vacada que apuesta por el aprovechamiento de los recursos naturales que su finca ganadera
Evidentemente cada explotación es un mundo, existiendo otras alternativas que ayudan a cuadrar las cuentas de un número importante de vacadas de bravo. El aprovechamiento de los recursos de la finca es fundamental y sobre todo en las épocas más secas del año, de ahí que muchos ganaderos roten los animales en distintos cercados para así aprovechar al máximo aquello que les da este. Como ya contamos en alguna ocasión el toro bravo no debe estar en zonas con abundancia de alimento cuando llega a la edad adulta, este necesita rematarse gracias al pienso, de ahí que si se alimenta del pasto natural este no llegue a alcanzar el citado remate para ir a una plaza de toros.
Esta es una regla que siguen a rajatabla muchos ganaderos de bravo, vacadas como la gaditana de Torrealta ya publicó hace unos mese un post en Instagram donde explicaba los beneficios de cambiar a los animales de cercado según la cantidad de alimento que había en uno u otro. Esta es una forma de ahorrar costes, de alimentar al ganado sin la necesidad de complementarlo con pienso concentrado. Nosotros apostamos por sectorizar el terreno en cerrados, que guardamos para que la hierba crezca. Cuando otros sectores se van agotando rotamos los animales para que nunca apuren al máximo la hierba. Agotarla puede generar que en esa estación no vuelva a surgir se podía leer en dicha publicación.
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