Había mucha expectación entre los jóvenes ganaderos de la Real Unión de Criadores de Lidia (RUCTL) por escuchar la primera intervención de Carlos Domecq al frente del colectivo. Y no decepcionó. Lo tiene muy claro: “Los que vamos a ser el futuro del sector nos tenemos que implicar en bloque”.
Carlos Domecq ha tomado el testigo de Álvaro Martínez-Conradi en junio. Derrocha claridad de ideas y capacidad de liderazgo. Durante su intervención dejó muy claras sus líneas de trabajo desde el puesto que ocupa ahora en la institución: no dejar a nadie fuera. “Quiero conocer las inquietudes de todos los ganaderos, cómo ven ellos el futuro, que cosas hay que cambiar para mejorar”.
Rodeado por Lucía Martín, directora de comunicación y relaciones institucionales de la RUCTL, y Laura Landeta, técnico veterinario, se pusieron sobre la mesa todos los proyectos en los que la casa del toro bravo se encuentra embarcada; se trataron con preocupación temas como el de la futura ley del transporte animal que nos va a llegar desde Europa; los precios de las vacunas con las que tratar las enfermedades de los animales; los discursos de absoluto desconocimiento y demagogia que se utilizan desde ciertas atalayas para ir en contra del animal más representativo de España.
Y se recordó a los afectados por la DANA, a los más pequeños, a quienes, desde la RUCTL, se les quiere hacer llegar juguetes de cara a este Navidad, organizando puntos de recogida en varias zonas de España, sin olvidar a las víctimas de Castilla-La Mancha y Andalucía. Varios de los ganaderos presentes compartieron sus experiencias, pues han sido muchos los que se han acercado a ayudar físicamente en las zonas afectadas junto a grupos de amigos. Sin duda, una juventud muy implicada en pro del bien común.
En la finca “El Feligrés” hubo tiempo para mucho más, y de una manera distendida. La organización de este IV Encuentro de Jóvenes Ganaderos de la RUCTL, junto a los hermanos de El Juli, supieron organizar un día de hermandad en el que no faltó ningún detalle. Desde esta casa, queremos agradecer de manera muy especial a los hermanos López Escolar, y a todo el personal de la finca, su entrega y cariño, así como todas las facilidades que recibimos por parte del propio maestro, que estuvo en comunicación constante con Carlos Domecq.
Se toreó, se cantó, se bailó, se habló, se rió, y se sintió el brote fresco de la savia nueva.