A lo largo y ancho de nuestra piel de toro encontramos un sinfín de fincas agrícolas y ganaderas que han tenido ganado bravo en su interior, explotaciones donde sus propietarios tuvieron el sueño de ser criadores de toros de lidia. Muchos de ellos lo hicieron durante un largo espacio de tiempo, mientras que otros se vieron obligados a su venta tras distintas vicisitudes vividas a lo largo de su vida. Pero no todos los que decidieron formar una vacada de bravo lo hacían prendados por este animal, algunos simplemente veían como esta compra les podía dar un estatus social diferente.
Durante los años de bonanza en la economía, muchos empresarios y constructores optaron por esta vía, adquiriendo fincas que luego moldearon a su gusto costase el dinero que costase. Éstos acudieron a vacadas punteras para hacerse con varias puntas de vacas y sementales donde asentar los cimientos de su proyecto. Este es el caso de la ganadería gaditana de ‘Toros de San Miguel’, un proyecto ganadero ubicado en una de las fincas más importantes de la provincia de Cádiz.
‘La Morisca’, una finca que abarca más de 350 hectáreas en plena Sierra de Grazalema
Entre Jimena de la Frontera y San Martín del Tesorillo se encuentra ‘La Morisca’, una finca que abarca unas 350 hectáreas de pastos y bosques. «Dentro de la propia explotación se encuentra una casa de campo de estilo andaluz en forma de U que abarca 1,385 m2 en una sola planta», se podía leer en el anuncio publicada en la web de Lucas Fox International Properties, web especializada en la compra venta de este tipo de explotaciones. Además de esta web anteriormente citada, la finca también está a la venta en otras webs especializadas de nuestro país desde hace un tiempo.
Una finca que vuelve a salir a la venta cuatro años después de que la Audiencia Provincial de Málaga permitiera su venta al ser propiedad de una empresa vinculada con el principal condenado del ‘Caso Malaya’, Juan Antonio Roca, según informó Málaga Hoy en el año 2020. Con el paso del tiempo el valor de ésta ha ido oscilando, estando actualmente en 6.300.000 €, una cantidad alta pero para nada desorbitada si tenemos en cuenta las características y sus infraestructuras.
Su estructura eminentemente ganadera hace que la finca esté perimetrada en su totalidad con malla cinegética, contando esta finca con más de 40 kilómetros de caminos internos en buen estado, facilitando el acceso conveniente a todas las zonas de una explotación donde se levanta una plaza de tientas, corrales, embarcadero y cercados de madera junto al caserío. Otra de las joyas de la corona de «La Morisca» es el coto de caza llamado «San Miguel», una zona donde se pueden encontrar gran variedad de aves, ciervos, jabalíes y otras especies silvestres.
El cuartel general de ‘Toros de San Miguel’ durante más de un lustro
Esta finca de más de 350 hectáreas de pastos y monte está perfectamente adaptada a la cría de ganado, siendo ésta el cuartel general de la ganadería de ‘Toros de San Miguel’ entre los años 2002 y 2006, momento en el que la propia vacada también fue incautadas por el juez Miguel Ángel Torres durante la causa de la Operación Malaya, la red de corrupción urbanística centrada en la Costa del Sol.
Tras la incautación de los animales que componían dicha ganadería, esta fue gestionada por un administrador judicial hasta su venta definitiva a Agroganadera San Miguel, S.L. Sería D. Luis Rivera Ruiz quien se quedaría finalmente con los derechos del hierro y gran parte del ganado, ese que asentaría en el ‘Cortijo Fábrica de las Bombas’ situado también en el término municipal de Jimena de la Frontera (Cádiz).
Según ha podido saber y constatar este medio en el año 2002 los derechos del hierro de La Amarguilla (propiedad hasta ese momento de la familia Buendía) fueron adquiridos por la sociedad Perinal, S.L., quien opta por formar la vacada con animales procedentes de las ganaderías de Manolo González y González Sánchez-Dalp de procedencia Núñez. Al realizar esta compra son D. Manuel y D. Ignacio González Sánchez-Dalp los encargados de representar y gestionar dicha vacada durante algo más de un lustro.