La carrera de los toreros no suele ser sencilla, más si cabe cuando llegan a matadores de toros y se dan de bruces contra una realidad muchas veces difícil de asumir. Un sistema que no se conforma de forma equitativa al existir un cuello de botella que impide a muchos diestros cumplir su sueño de ser figuras del toreo. Atrás quedaron esos años donde se daban festejos taurinos sin control alguno, temporadas donde la burbuja económica permitía a muchos municipios dar toros sin mirar la sostenibilidad de los mismos, es decir, sin preocuparse de los altos costes.
Años de bonanza donde no se sembró para el futuro, encontrándonos a partir de 2008 con una realidad que muchos no quisieron ver. Los festejos cayeron empicado llegando a unos números preocupantes en unas temporadas donde las figuras bajaron ostensiblemente el número de tardes uniéndose muchas de ellas en los carteles fuertes de las ferias, algo que imposibilitaba la entrada en esas tardes de toreros todavía sin consagrar.
Costó recuperarse y una vez sacada la cabeza del hoyo llegó una pandemia que volvió a dejar al descubierto las vergüenzas del sector. Con un 2022 en positivo, un 2023 esperanzador y un 2024 al alza parece que el panorama pinta mejor, eso sí, sin llegar a esa bonanza artificial de finales de los años 90 y comienzo del 2000. Con esa estabilización de festejos y las principales ferias montadas prácticamente durante el invierno poco hueco hay para las sorpresas.
Toreros con menos nombres que se ven abocados a persistir en el banquillo a la espera de una oportunidad que, en muchos casos, es un caramelo envenenado. Uno de esos matadores de toros que persiste pese al ostracismo al que se ha visto sometido es el murciano Filiberto, diestro que en 2026 cumplirá diez años de alternativa tras tomarla el 8 de septiembre de 2016 en la plaza de toros de Albacete. En sus ocho años como matador de toros no ha vuelto a esa primera plaza del mundo donde dejó muy buenas sensaciones como novillero pese a no conseguir un triunfo de campanillas.
Ante la falta de oportunidades ha tenido que acudir al festejo popular para seguir manteniendo un hilo directo con el animal bravo. El campo también se ha puesto difícil por la reducción de cabezas de ganado, algo que afecta de forma directa al número de vacas que se tientan al año. Recientemente, el diestro de Calasparra ha publicado un vídeo en sus redes sociales toreando un astado en uno de los múltiples municipios que apuestan por el festejo popular.
Pese al frío, Filiberto no se lo pensó y saltó al recinto donde se daba suelta a animales bravos para seguir manteniendo viva la llama del toreo. Un vídeo donde se ve como embarca en su muleta la embestida de un ejemplar que le dejó sentirse torero, un astado que pese a quedarse cortito y soltar la cara al final del muletazo si dejó a Filiberto dar varias tandas entre el clamor de los que estaban allí para presenciarlo. Un camino que ya tomaron otros compañeros como Montero, Rafael Cerro o Ignacio Olmos, esos que ven en este tipo de espectáculo una salida a su falta de contratos.
Con la temporada terminada desde hace varias semanas es momento de pulir los defectos y potenciar las virtudes de su toreo en la soledad del entrenamiento, ese que debe servir para marcar una evolución que luego se palpe delante de la cara del toro. Su sueño es poder confirmar la alternativa en Madrid y poder así cambiar la moneda. Toreros como César Rincón, El Califa, Curro Díaz, Alejandro Talavante, López Simón, Borja Jiménez o David Galván, entre otros, son algunos ejemplos de diestros que consiguieron cambiar su vida gracias a su paso por la primera plaza del mundo, algo que también anhela hacer un Filiberto que no se resigna a quedarse en un segundo plano.
Hace frío, pero la llama sigue intacta pic.twitter.com/Ao83caGgcy
— Filiberto (@FilibertoMtnez) December 15, 2024