Venimos informando en estos últimos meses de la creación de varias vacadas de bravo en nuestra piel de toro, nuevos proyectos ganaderos que nacen con el objetivo de ir asentándose poco a poco en el mercado. Recientemente han salido a la luz nuevos proyectos bajo hierros históricos: Hernández Pla, Antonio Pérez de San Fernando o Pérez de la Concha son algunos claros ejemplos de ello. Pero no todas las vacadas de nueva creación se han nutrido de un hierro dormido, otros optaron por empezar de cero tanto con el ganado como con el citado hierro.
Este fue el caso de Héctor Guerrero García es un conocido y afamado criador de ganado manso que meses antes de la pandemia se hizo con 50 vacas y un semental de la ganadería de Barcial (encaste Vega-Villar), adquiriendo un tiempo después una punta de 4 añojas y 2 eralas a Dª María José Majeroni Sánchez-Cobaleda. Para ello tuvo que acondicionar la finca ‘Dehesa las Córdobas’ situada esta en los términos municipales de Talavera de la Reina y Mejorada, ambas en la provincia de Toledo. Hasta allí llevó este particular ganado para empezar a darle forma a su proyecto ganadero.
Un lugar cargado de historia al ser esta una zona donde se asentó en su día la vacada de Dª Josefa Corrochano (cruza de los encastes de Veragua y Santa Coloma), conocida esta como la viuda de Ortega, que tenía su cuartel general en las fincas ‘Prado del Arca’ y ‘Santa Aplonia’, ambas situadas en el citado municipio de Talavera de la Reina. En esta tierra nació Bailaor, hijo de Canastillo y Bailaora, toro burriciego (problemas en la vista) que acabaría sesgando la vida de José Gómez Ortega ‘Joselito El Gallo’ el 16 de mayo de 1920 en la plaza de toros de Talavera de la Reina.
Una vacada con divisa blanca y azul, horquilla en ambas orejas como señal de orejas y una cabeza de toro como hierro fue dada de alta en la Asociación de Ganaderos de Lidia (AGL) en septiembre de 2019, comenzando así este ilusionante proyecto que se empezaba a cimentar en una tierra con gran tradición taurina. Unos años después de esta primera compra surgió la oportunidad de adquirir una serie de vacas de la ganadería salmantina de Paco Galache.
Sería en el mes de julio de este 2024 que va tocando a su fin cuando partieron 120 vacas y varios sementales desde ‘Hernandinos’ hasta las fincas ‘Juarros’ (Salamanca) y ‘Dehesa de las Córdobas’ (Talavera de la Reina y Mejorada). La mitad de ellas se las quedó Domingo Pérez Hernández y el resto Héctor Guerrero García, refrescando estos la sangre que ya tenían en sus respectivos proyectos ganaderos.
“Yo me quedé con 20 vacas paridas y 30 eralas que se sumaron a ese ganado que había adquirido con anterioridad. Debido a la consanguinidad busqué ciertas líneas que no tenía en casa, y Gracias a Dios pude encontrarlas y poder tener más amplitud genética en la ganadería” nos comentaba su ganadero antes de hablarnos del momento por el que pasa actualmente la vacada toledana.
“Actualmente hay 87 vacas y 3 sementales, uno de ellos aprobado en casa. En ganaderías como estas es más importante el número de familias casi que el número de animales” explicaba a este medio antes de dar más detalles sobre la misma. “Tengo 46 eralas para tentar este año (entre las compradas a Galache y las de casa). La ilusión de ir moldeando poco a poco la ganadería a mi gusto es algo que me ilusiona”.
Héctor no esconde su amor por el toro, le ha costado tiempo llegar a donde está, de ahí que luche cada día por mantener este tesoro genético: “La afición la llevo en la sangre, que aunque toda mi vida la llevo dedicada a la cría del manso la fiebre del bravo siempre ha estado presente y cuando tuve la oportunidad la llevé a cabo. No tengo todo el tiempo que quiero para dedicarle 24 horas, pero en cuanto puedo allí estoy aunque solo sea meterme en un cercado y pasar horas y horas viendo pastar los toros y las vacas”.
Sabe que este es un camino largo, una prueba de fondo donde la constancia, la afición, el trabajo, la intuición y como no, la suerte, son las bases para cimentar un proyecto ganadero como este: “Compré esta ganadería con ganas, y si está en mi mano y puedo voy a intentar llevarlo a lo más alto que pueda. Sé que no es fácil porque esta es una carrera de fondo donde los resultados tardan años, pero soy joven y además es mi gran sueño”.
Al igual que muchos de sus compañeros el sueño va encaminado en una dirección: “Ese sueño del que me hablas es poder ver un toro de casa en alguna plaza importante. Aunque no sea este un toro de largas faenas, ver 4 o 5 tandas de un toro humillando con esa embestida caminadora es algo que no está pagado. Conseguir que el público se emocione creo que es lo más grande para un ganadero. El poder fijar en mi ganadería mi propio criterio y que algún día la gente te lo llegue a reconocer… pues creo que eso sería como tocar el cielo”, comentaba para dar por finalizada la entrevista.