Dentro de las ganaderías de bravo hay una serie de sementales que marcan el devenir de la misma, toros que con su simiente consiguen dar un salto de calidad a las vacadas que confiaron en él. Ya contamos en varias ocasiones la importancia de estos en hierros tan emblemáticos como Núñez del Cuvillo, Juan Pedro Domecq o La Palmosilla entre otros, ganaderías que gracias a la intuición de sus ganaderos encontraron ese animal que soñaban.
Lo más importante, aquello que hace único a un semental es la transmisión genética, esa es la base de todo. Muchas son las vacadas que encuentran buenos raceadores, pero lo verdaderamente crucial es que estos sean “mejorantes”, es decir, que manteniendo intactas sus virtudes sean capaces de dar un paso más y conseguir dar un giro de tuerca más en la ganadería. La lógica evolución de estos proyectos ganaderos las determina el paso del tiempo, de ahí que la intuición de sus ganaderos sea vital para subir un nuevo escalón.
Una de las divisas más demandadas actualmente por los aficionados es el hierro gaditano de Santiago Domecq, un proyecto ganadero que lleva varios lustros apostando por un tipo de toro, sabiendo estos adaptarse a aquello que demandan tanto los toreros como aquellos que pasan por taquilla. La regularidad alcanzada esta campaña no ha pasado desapercibida, siendo uno de los hierros en mejor momento.
Pero para llegar al punto en el que está ha sido esencial dar con sementales que marquen sus caracteres en las hembras de la casa. Sobre este tema habló Santiago Domecq Bohórquez en el programa Por las Rutas del Toro de Movistar, espacio que enseño al aficionado secretos que este desconocía sobre sementales históricos, entre ellos dos de los más importantes que han padreado en esta casa gaditana: “El 21 Pocopelo fue un toro muy importante en los inicios de la ganadería, un semental puro Torrestrella. Cuando nosotros le compramos el lote a mi tío Álvaro este macho venía de rastra de una de las vacas”.
Tras repasar los libros Santiago Domecq creyó oportuno meterlo en la plaza: “Recuerdo que lo tentó en casa Currillo siendo un animal muy bueno en la tienta, de ahí que decidiéramos apostar y dejarlo de semental. Ha sido un ejemplar base en la ganadería al tenerlo impregnado en muchas líneas dándonos este un carácter muy especial”, explicaba.
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Pero Santiago Domecq también habló de la importancia del semental y las vacas, amén de su aportación en las ganaderías: “En el individuo creo que es el 50%. Hay ganaderos que son muy partidarios de las madres, pero yo por lo que he leído y he hablado con algunos genetistas pienso que el semental influye más que las vacas al tener un volumen mayor de descendencia. Pese a esta afirmación creo que tener un hato de vacas contrastado es muy importante para una ganadería”.
Amén de este 21 Pocopelo también hay que destacar otro de los sementales estrellas de la casa, un ejemplar base en la misma que murió hace algún tiempo: “El 100 Hablaclaro es el semental decano de la ganadería, el más viejo, pese a ello se le ve lustroso y cubre cada año a su lote de vacas. Nosotros solemos seleccionar con mimo las hembras que van con cada uno de los toros que tenemos y con este no iba a ser menos”.
Un semental que tiene una reata importante detrás tanto por parte de padre como de madre: “Este es hijo del 74 Vareto, un toro que nos dio bastante bien y de una 929 Hablaclaro, vaca de puro origen Jandilla pese a tener su padre una cruza de Torrestrella y de Núñez”.
Pero otro de los aspectos fundaménteles es que ha sido un raceador mejorante tal y como demuestra la cantidad de animales notables que ha dado: “Este semental nos ha aportado una regularidad fantástica, ha dado muchos toros importantes como aquel Aperador al que le cortó las dos orejas Miguel Ángel Perera en Sevilla y al que se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre. También es padre de aquel Aviador lidiado en Madrid, el 74 Mariscal al que Juli le cortó el rabo en el Puerto o el 74 Merecido premiado con la vuelta al ruedo en Albacete”.