Antonio Ferrera, Luis Bolívar y Fernando Adrián abrían, en la tarde de este 26 de diciembre, la Feria de Cali en una corrida en la que se lidiaban astados de Ernesto Gutiérrez.
Ferrera descorcha la feria con una oreja al primero
Comenzó con fuerza la feria de Cali con un entregadísimo Antonio Ferrera, que después de haber leído ese fondo de nobleza de «Dante» en su capote de seda verde, quiso enaltecer la labor de su compañero de cartel y empresario Luis Bolívar en el centro del anillo en un emocionado brindis. Y fue allí, en los medios, donde, tras unos muletazos por bajo tan poderosos como sutiles, Ferrera supo darle al toro todo lo que necesitaba: firmeza para encauzar el primer envite, temple para conducir el embroque y pulso para sujetar la salida del toro, que bajaba el ritmo, y se abría buscando las tablas con la mirada. Era ahí donde Antonio volvía a tocar para quedarse con la voluntad del toro, que fue sacando clase y un ritmo cadencioso que se potenció por naturales, tan líquidos. La plaza reconoció la labor del torero, que tumbó al toro de un espadazo y cobro el primero trofeo del ciclo.
Siete soberbios derechazos de rodillas de Bolívar al segundo
Se gustó Bolívar con el capote en el saludo al segundo: dos largas cambiadas de rodillas en el tercio, chicuelinas al paso ganando los medios y una larga garbosa y torera antes de dejar el toro en el caballo. Comprometido el caleño, se echó de rodillas el los medios para esperar al toro en el inicio de faena, ligando hasta siete derechazos a cada cuál mejor, encajado, mandón, hasta codilleando para pasarse al toro más cerca, y llevándolo cuan largo es su brazo para volverlo a traer antes de recuperar la vertical para el pase de pecho. Emocionante. El toro, pronto, fijo y con un punto de emoción, se obedeció a la muleta de Bolívar, que también brilló al natural en dos series suaves y gustosas. Sin embargo, cuando hubo exigencia, el toro fue protestando cada vez más. Además, falló con los aceros, dejando pinchazo bajo, estocada, descabello, aviso y seis descabellos. Silencio.
Esfuerzo sin premio de Ferrera ante el tercero, con Adrián en la enfermería
Una indisposición gástrica hizo que Fernando Adrián tuviera que pasar a la enfermería para ser atendido, lo que hizo que se corriera turno para que Antonio Ferrera lidiara el segundo de su lote en tercer turno, fue un toro de escaso empuje al que el extremeño le puso todo, incluso tomó los palos para alegrar su embestida en un jaleado tercio de banderillas. En la muleta, Ferrera se esfuerzo, jugo alturas, terrenos, distancias y toques por ambos pitones, hurtando muletazos que el toro parecía no tener, incluso perdiendo recorrido para ponérselo más difícil al torero. Muy comprometido, Ferrera porfió buscando el triunfo que habría sido suyo, porque la gente respondió a tantos esfuerzo, pero los pinchazos le quitaron el trofeo. Dos pinchazos, estocada, aviso y dos descabellos: silencio.
El garbanzo negro fue para Adrián en cuarto lugar
Volvió de la enfermería Fernando Adrián para enfrentarse a un toro manso, probón, caminador y rajado, que en los primeros tercios salió suelto y derribó al caballo en un violento arreón. Adrián quiso ponerse en el sitio, tiró de firmeza, pero el toro simplemente no quiso. Una espada casi entera y tendida fue suficiente para quitárselo de en medio.
Bolívar se echa la feria a la espalda e indulta al quinto, ‘Luchador’
No apuntaba demasiadas virtudes el quinto, bravucón y deslucido en su arrítmico viaje a media altura, pero se encontró con un torero que ya le sometió con el capote y, tras unos brindis a sus socios de empresa, se cambió la embestida por la espalda en los medios hasta en tres oportunidades. Faena de apuesta de Bolívar, que se echó la tarde a la espalda buscándole las vueltas al toro, sin dejarlo pensar, dejando que prácticamente se estrellara en la muleta para tirar de él con el poder que da la experiencia. Poco a poco, «Luchador» se fue convenciendo de que no tenía más opción que embestir ante el dominio absoluto de Bolívar, que ligó los muletazos con temple y gusto por ambos pitones, adornándose además con elegancia en los molinetes y dos pases del desprecio soberbios. El tendido enardeció con la entrega del torero y pidió el indulto para un toro construído por su matador, hasta que se concedió por aclamación general.
Ferrera pincha una faena de entrega e inspiración al sexto
Tras pasar de nuevo a la enfermería con fiebre y visiblemente descompuesto, Fernando Adrián no pudo completar la lidia de su lote y fue Antonio Ferrera quien dio cuenta del sexto, un toro codicioso y fijo, al que el extremeño le dio fiesta desde el saludo capotero y en un vistoso tercio de banderillas que compartió con los banderilleros Ricardo Santana y Carlos Rodríguez. Ya con la muleta pidió a la banda interpretar un paso doble local y el público rompió con él desde el primer muletazo, esta vez con el mejor toro de la tarde, que tuvo codicia, humillación, clase y entrega. Ferrera lo supo lucir con su particular estilo, libre e inspirado, mejor al natural, más encajado y profundo. La plaza bullía de emoción y se llegó a pedir el indulto, que esta vez no se concedió, y quiso matar en la suerte de recibir, pero esta vez la espada no quiso entrar.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cañaveralejo, Cali, Colombia. Primera de la Feria del Señor de los Cristales. Corrida de toros. Un tercio de entrada.
Toros de Ernesto Gutiérrez. Noble y con clase a media altura el primero; pronto y fijo, pero a menos el segundo; manso a la defensiva el tercero; manso de solemnidad el cuarto; bravucón pero a más el quinto, «Luchador», nº 171, de 496 kilos, indultado; bueno, con clase y humillación el sexto.
Antonio Ferrera: oreja, silencio y palmas en el que lidió por Adrián.
Luis Bolívar: silencio y dos orejas simbólicas.
Fernando Adrián: silencio en el único que lidió.
Parte médico
El matador Fernando Adrián fue atendido por una fuerte deshidratación producida por un cuadro vírico gastrointestinal. Tras recibir líquidos, el torero salió a lidiar el primero de su lote bajo, pero regresó a la enfermería descompensado y con fiebre. Pronóstico reservado que le impide continuar la lidia. Es trasladado a un centro asistencial de la ciudad.
El matador Luis Bolívar sufrió un corte en el dedo índice de la mano izquierda que necesitó sutura. Pronóstico leve.
FOTOGALERÍA: DIEGO ALAIS