Esta temporada que empieza a aparecer por el horizonte traer consigo una serie de nombres que el aficionado tiene apuntado en rojo en su agenda, espadas con un concepto muy definido del toreo que tienen entre ceja y ceja un 2025 ilusionante para ellos. Unos ven la oportunidad perfecta para asentarse en las ferias, otros para mantener su estatus de figura, e incluso algunos para llamar la atención de una afición cansada del Sota, Caballo y Rey.
De todos esos nombres hay tres que, por unas circunstancias u otras, están en boca de aquel que pasa por taquilla. El primero de ellos es David Galván, que ha sellado una importante temporada tras ser uno de los toreros revelación del año. Paseó una oreja de mucho peso en la Feria de San Isidro y dejó faenas para el recuerdo en otros cosos como Alicante.
Román Collado es otro de los espadas en boca del aficionado, que sigue dando razones para seguir en las Ferias y que el año pasado a punto estuvo de cruzar a hombros el umbral de Las Ventas con la corrida de Fuente Ymbro, algo que sí consiguió por partida doble en su tierra, Valencia -durante su encerrona en la Feria de Fallas y en la tarde del indulto de un toro de Santiago Domecq en la Feria de Julio-.
El tercer nombre que ponemos sobre la mesa es el del colombiano Juan de Castilla, un matador de toros que quiere continuar el camino que ya trazó en su día César Rincón. El de Medellín sueña con ganarse un sitio en España y poder volver a las ferias de su país como figura del toreo. Un joven con unas grandes condiciones para poder ganarse un sitio en las ferias, esas que poco a poco le van abriendo las puertas gracias a su valor, temple e inteligencia en la cara de los animales.
Más toreros que poseen esta espada ya son Fernando Robleño, Sánchez Vara, Adrián de Torres -que la estrenó en su tarde del pasado 15 de agosto en Las Ventas-, Joaquín Galdós, Manuel Diosleguarde…
Pero estos espadas tienen también algo en común más allá de ser dos personas que se juegan la vida delante de un animal bravo: los tres confiaron hace tiempo en Manolo Sales y Julio Fernández (empresa TauroInnova) al utilizar una nueva espada dotada de un filo especial y una curvatura diferente que ya se ha demostrado que tiene un efecto más fulminante. El de la Puebla del Río la utilizó en plazas como Roquetas de Mar (2022) y Sevilla (2023), esta última en la tarde del rabo.
Se trata de una espada que no ha dejado indiferente a nadie y que ha ayudado a que los toros tengan una muerte más rápida y menos agónica. Tal y como afirmó el pasado 7 de julio Román, “me la han dejado porque el otro día me la vendieron, o sea, me estuvieron contando que caían enseguida, y les pedí que me la dejaran probar. No sé qué ha tardado en caer el toro, pero ha sido poco”, explicó el valenciano tras estoquear a su ejemplar de Cebada Gago en la Monumental navarra.
Por su parte, Juan de Castilla también contó con este nuevo utensilio la campaña pasada tal y como comentó Julio Fernández en los micrófonos de CMMedia en la corrida celebrada en agosto en la localidad toledana de Añover de Tajo: “Juan de Castilla está usando el último modelo innovado, con el que ya hizo una prueba Román en Pamplona”.
Tres toreros que apostaron por esta nueva espada de reciente creación, esa que les ayudó a conseguir triunfos gracias al efecto fulminante de la hoja una vez que -la espada- está colocada en buen sitio.