El histórico Hotel Oriente de Las Ramblas barcelonesas, el de las estrellas de Hollywood y donde Manolete mantuvo siempre la habitación número 1, ha sido a mediodía de hoy sábado el escenario donde, a falta de toros en La Monumental, la afición catalana pudo disfrutar de la presencia del matador de toros lorquino Paco Ureña en un coloquio organizado por la siempre dinámica Unión de Taurinos y Aficionados de Catalunya (UTYAC) con Gerrard Mas, directivo de UTYAC, como moderador.
Ante el centenar de asistentes , que han recibido y despedido a Ureña (que viajó a Barcelona acompañado de su esposa e hija) en pie y con prolongadas ovaciones, el diestro lorquino y el moderador han repasado una trayectoria profesional y humana en la que las glorias y las adversidades van de la mano de un torero que dentro y fuera del ruedo transmite verdad , entrega a raudales y espíritu independiente. Entre los asistentes, el matador de toros catalán Ángel Leria (que en el turno de preguntas hizo un vibrante alegato de agradecimiento a Ureña como ejemplo torero y humano), el franco-catalán Maxime Solera y el joven novlllero y gran promesa de la Escuela Taurina de Catalunya, Mario Vilaú.
Una comida en el mítico y -aún–taurino restaurante Casa Leopoldo en la que se continuó hablando de toros pero no solo puso punto final a una jornada que, con la temporada 2025 ya asomando en el calendario, los aficionados catalanes paliaron algo de su nostalgia taurina.
Y es que como cantaba Raimon en tiempos de Dictadura. «por unas cuantas horas nos sentimos libres y quien ha sentido la libertad tiene más fuerzas para vivir». Aunque solo fuera hablando: de toros.