Más allá de ser el primer triunfador del año, la actuación de Zulueta en Valdemorillo genera ilusión. No sólo por sus formas, que también, sino por cómo se adaptó y sacó rédito de una novillada molesta e incómoda, que no se toreaba sola. Hay detrás este éxito una sólida base de fondo técnico, asimilación y valor para luego acabar interpretando como realmente siente el toreo. Aún sabiendo que para él esto acaba de empezar, estimula seguirlo. Y esperarlo. Con una novillada deslucida por desclasada, con algunos ejemplares acusando un evidente fondo de mansedumbre, también se lució a ráfagas El Mene, otro torero al que hay que tenerle fe y paciencia, mientras Chicharro se despidió de puntillas del escalafón menor con dos ejemplares sin ninguna posibilidad de éxito.
Labor sin eco de Chicharro frente al insulso primero

Bajo el primero, con la cara para delante. Chicharro se hincó de rodillas en el tercio para saludarlo. Le faltó raza al de Guadaira, que tardeó en los embroques y careció de empuje en sus acometidas. Anduvo solvente el novillero de Miraflores, cuya labor nunca cogió altura por la imposibilidad de apretar a su enemigo. Se silenció su labor.
Destacan las formas y la espada de El Mene con el manso segundo

Elegante saludo de El Mene al segundo, otro novillo bien hecho, recogido, enseñando las puntas. Hizo cosas de manso de inicio, saliendo suelto luego del primer encuentro en el caballo y apretando para dentro en banderillas, donde revolcó a José Andrés Gonzalo a la salida del segundo par. Logró el torero sujetar al animal entre las dos rayas, llevándolo en línea, y por el lado zurdo surgieron los mejores pasajes. Naturales de uno en uno de excelente dibujo. Faltó el calor que da la ligazón, seguramente por la imposibilidad de exigir al animal. La estocada, excelente, desencadenó una tibia petición, que no fue atendida. Saludó desde el tercio.
Zulueta corta al tercero la primera oreja de la feria

Con más cuerpo el colorado tercero. Más comido. Apretó igualmente de manso en el peto, saliendo suelto después del arreón inicial y apretando para los adentros en un laborioso tercio de banderillas. El inicio por bajo y las dos primeras series con la derecha de Zulueta tuvieron peso, sobre todo por la delicadeza con que manejó los engaños el sevillano. Pura sutileza. Luego, cuando el novillo perdió esa inercia inicial y el novillero hubo de tirar de su embestida ésta resultó áspera y geniuda. Defensiva. Resolvió el torero sevillano, cerró faena por alto en un torero epílogo, se adornó con gracia, lo mató con certeza, y paseó la primera oreja de la feria.
Sin opciones Chicharro, en su despedida de novillero, con el deslucido cuarto

Se quedó debajo de salida el castaño cuarto, que se dejó pegar en el caballo sin emplearse. Animal deslucido por el pitón derecho y con peligro por el lado zurdo, por donde se vino al paso, midiendo y metiéndose por dentro. Le aviso un par de veces a Chicharro, que había brindado el animal a Iván Vicente y se despidió de novillero sin éxito.
Vuelta para El Mene en el quinto, noble pero sin terminar de humillar

Bien hecho el colorado quinto, al que El Mene toreó de nuevo con donosura con la tela rosa. Preciosa la media. Aunque sin terminar de humillar tuvo el animal mejor son que sus hermanos. La faena del torero aragonés tuvo estructura y fluidez, y aunque no resultó compacta, fundamentalmente porque el animal ensució algunos remates, hubo muletazos sueltos de excelente factura por ambas manos. Seguramente la tardanza del novillo en doblar le restó reconocimiento a la obra.
Otra oreja del sexto para Zulueta, primer triunfador de la feria

Más ofensivo el chorreado sexto, más estrecho pero con más alzada y la cara colocada. No acabó de desplazarse en el capote de Zulueta y acusó los dos volatines que se pegó durante el tercio de varas. Le dio tiempo el torero, sin apretarlo ni atosigarlo, y aunque el astado tendió a puntear el final de cada pase, sin terminar nunca de entregarse, el torero le tuvo paciencia y al final de faena sorprendió con dos series excelentes por su empaque, acompañando la embestida con gusto y sentido estético. Dos series que nadie esperaba y que canjeó por otra oreja a pesar incluso de un pinchazo y una estocada corta.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valdemorillo, Madrid. Primera de la feria de San Blas. Novillada con picadores. Dos tercios de entrada.
Novillos de Guadaira. Falto de raza y fondo el primero; manso y marcando querencia el segundo; de desclasada movilidad el tercero; deslucido el cuarto; noble aunque sin terminar de humillar el quinto; deslucido, descompuesto el sexto.
Alejandro Chicharro, silencio y silencio tras dos avisos.
El Mene, ovación tras leve petición y vuelta tras aviso.
Javier Zulueta, oreja y oreja.
CUADRILLAS: Destacaron en banderillas Iván García y Curro Javier, que saludó en el sexto
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
