VALDEMORILLO

La versión más refinada de Castella con una excelente corrida de Capea


sábado 8 febrero, 2025

El francés salió en hombros junto a Diego Ventura, que también brilló a buen nivel. Entradón y gran ambiente en La Candelaria

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Diego Ventura y Sebastián Castella en su salida en hombros © Sánchez Olmedo

Faltaron unas pocas localidades para que La Candelaria colgara el no hay billetes, pero el aspecto era magnífico. Un entradón que certifica, por si a alguien le quedaba alguna duda, que el viraje que en 2022 dio Valdemorillo hacia la élite no es de ida y vuelta. Regalaron clase por doquier los murubes de El Capea -gran corrida la suya- y en medio de un festejo rico en contenido emergió una faena de Castella en su versión más refinada. Una obra distinguida, despaciosa, acompasada a la gran calidad de Vichanero, el toro de la corrida, para el que se llegó a pedir el indulto. Junto al francés salió en hombros Diego Ventura, que dejó su sello de figura en dos faenas honorables. A menos nivel anduvo Manzanares, que como sus compañeros debutaba en Valdemorillo. Tres presentaciones de tres toreros con más de dos décadas de alternativa. Pero con semejante expectación, el resultado artístico y la boletería casi agotada, a ver quién es el guapo que les arrincona.

Oreja para un elegante Ventura de un primero con tranco y ritmo

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Tuvo ritmo y son el primero de Capea. Lo paró y templó Ventura con Chiado de salida como prólogo de una lidia elegante, de buen tono, que se contempló desde el tendido con más interés que pasión. Lo mejor, las batidas al pitón contrario en banderillas a lomos de Lío. Después de una rueda de rosas y un rejonazo trastero pero efectivo se hizo con la primera oreja de la función.

Dos orejas para una faena de trazo muy fino de Castella con un excelente “murube” de Carmen Lorenzo

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Precioso de hechuras el segundo, bajo, recogido de testa, reunido. Tranqueó con clase en el capote de Castella y el francés se templó primero a la verónica, y más tarde por chicuelinas. La faena contó con el ajuste y las apreturas de siempre pero estuvo descrita con suavidad y sutileza. Un Castella de trazo muy fino. Claro que contó con la clase y la calidad de un toro excepcional, un ‘murube’ de Carmen Lorenzo de un ritmo soberbio por el modo de colocar la cara y de empujar el engaño. Después de una obra larga y completa, donde destacaron las tandas de naturales de trazo lánguido, verticalizando la figura, el público comenzó a demandar el indulto cuando el francés se fue a cambiar la espada. No atendió el presidente la petición. Cobró Castella una excelente estocada, fue premiado con las dos orejas y el extraordinario ‘Vichanero’ arrastrado en vuelta al ruedo.

Silencio para Manzanares con el bravo tercero

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Bajo y agradable el tercero, homónimo del toro anterior, que tuvo prontitud y celo en las telas. Le faltó reposo a Manzanares en una obra limpia y fluida, de vertiginosa ligazón. No terminó de empatizar con el tendido el torero alicantino, que después de una estocada trasera se demoró con el uso del descabello.

Otra oreja para Ventura, que lo borda con Nómada en el cuarto

50 Ventura

Otro toro muy colaborador el cuarto, con el que brilló sobremanera el concurso de Nómada, un caballo de gran flexibilidad que galopó de costado con precisión milimétrica, le dio el pecho al astado y batió al pitón contrario con gran pureza. Un gran tercio de banderillas. Cerró Ventura la lidia con un reunido par a dos manos, y después de pinchazo y estocada sumó una oreja más.

Castella suma una oreja más del manejable quinto

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Al quinto, de menos cuerpo, le principió faena Castella por estatuarios casi en los medios. Pese a su docilidad y prontitud en los cites no tuvo el toro el celo y el brío de sus hermanos. La faena del torero francés resultó más enfibrada que limpie, tuvo intensidad en su desarrollo y aunque mantuvo el interés no llegó a las cotas de la anterior. Una estocada efectiva después de un pinchazo le sirvió para redondear el marcador.

Dos series con la derecha de Manzanares en el último

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José María Manzanares en el callejón © Sánchez Olmedo

El sexto tendió a abrirse de más en la muleta y a perder el objeto entre un pase y otro. Le dio celo Manzanares con toques fuertes para fijar la embestida, y dejándole la muleta en la cara estructuró una faena de la que emergieron dos series con la mano derecha, llevando al toro muy provocado, muy embebido, lo mejor de su paso por Valdemorillo. Después de una estocada corta decidió no descabellar y el público se enfrió. Faltaron pañuelos en la petición.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros cubierta de Valdemorillo. Feria de San Blas y la Candelaria, segunda de abono. Festejo mixto. Lleno en los tendidos.

Toros de El Capea (primero y cuarto) para rejones y de Carmen Lorenzo para la lidia a pie. De excelente tranco y ritmo el primero; de excepcional clase el segundo; bravo y pronto el tercero; noble y de templado son el cuarto; manejable, de menos celo el quinto; se dejó el sexto.

El rejoneador Diego Ventura: oreja y oreja.

Sebastián Castella (lila y plata): dos orejas y oreja tras aviso.

José María Manzanares (marino y oro): silencio tras aviso y ovación.

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Fotogalería Valdemorillo 8 2 2025