Se puso el “no hay billetes” otro año más en La Candelaria. Público de Madrid y gente “guapa” en un ambiente de San Isidro adelantado en la sierra madrileña. Había ganas de toros, y sobre todo, de ver torear. Repetía por tercer año consecutivo Juan Ortega, cuyo lote no le dejó reverdecer laureles pasados en este coso. Pero quedaba Emilio de Justo, debutante en Valdemorillo, y junto con un gran toro de Garcigrande, salvaron y dieron argumento al festejo final -y el más esperado- del ciclo. Entrega y bravura como broche a un apetitoso fin de semana que resultó exitoso y suculento. Cuatro Puertas Grandes en tres días. Arrancó la temporada. Ya está aquí el lío.
Silencio para Emilio de Justo en el primero, con calidad pero sin fuerza

Bajo, con la cara colocada, generoso cuello, ligeramente bizco del derecho, el primero de José Vázquez echó las manos por delante de salida y evidenció su precaria fortaleza. Apuntó calidad de la buena, pero no podía. Emilio de Justo trató de pulsearlo, de llevarlo en línea para no quebrantarlo pero el mínimo desajuste acababa con el animal midiendo la arena.
Muletazos sueltos de Juan Ortega con otro buen toro segundo condicionado por su endeblez

Precioso el colorado segundo de José Vázquez. Cornidelantero, corto de manos, con medio metro de cuello… apuntó igualmente su endeblez en el saludo capotero de Juan Ortega. El toro tuvo buena intención, pero su condición no le permitió terminar de desarrollarla. Ortega le dio tiempo, sitio, porque el toro no permitía apretarlo, y, aunque espaciados, consiguió muletazos de excelente trazo que se vieron con agrado desde arriba, pero sin la emoción que da el hilván.
Sincero esfuerzo de Emilio de Justo con el temperamental tercero

Más terciado el castaño tercero de El Parralejo, que sin embargo se movió como una lagartija. Se dobló por bajo Emilio de Justo con él en el inicio de una faena en la que hizo un encomiable esfuerzo el torero cacereño. No fue toro fácil, ni de relajarse, ni de ponerse bonito. Al contrario. Toro con carácter, para someter y estar muy vivo. Incluso por el pitón zurdo estuvo a punto de echárselo a los lomos en dos ocasiones. Lo vendió muy caro el animal y el público premió la sinceridad del torero.
Un soberbio quite por delantales de Juan Ortega en el cuarto bis, al que faltaron finales

Regresó a los corrales el cuarto de Garcigrande y salió en su lugar un sobrero del mismo hierro. Toro más fuerte, musculado y con hechuras. Hubo un quite soberbio de Ortega por delantales, que a la postre fue el momento álgido de su tarde porque el animal, aún teniendo buen embroque, careció de finales. Por eso la ligazón resultó imposible y los momentos lucidos se limitaron a fusilazos sueltos que no terminaron de prender.
Emilio de Justo revienta el mano a mano con un excelente quinto toro de Garcigrande

Se fue Emilio de Justo a chiqueros a saludar al quinto de Garcigrande. Toro hondo y bajo, engatillado, excelente de hechuras. Lo lanceó con vibración el cacereño, que luego se entregó en una faena muy emotiva. El toro fue de revolución, pronto, condicioso, repetidor, pero con enclasado tranco y un ritmo soberbio. Emilio basó su obra en la mano derecha -por el lado zurdo bajó un punto el trasteo- que coronó con dos series con la derecha sin la ayuda de la espada, relajada la planta, erguida la figura, rematadas con sendos pases de pecho a la hombrera contraria, que fueron lo mejor de la obra y provocaron un clamor en La Candelaria. Se volcó en la estocada, y cobró las dos orejas. Pero nadie se acordó de premiar al excelente astado de Justo Hernández.
Ovación para Juan Ortega con el último toro de la feria

Agradable por delante, con más cuerpo que cara el animal de El Parralejo que cerró feria. No terminó de entregarse en el saludo ni luego terminó de escupirse de los vuelos el toro. Por eso la labor de Ortega se nutrió de la manera de andarle al animal, de colocarse, de presentarle los engaños y de entrar y salir de las suertes. Porque toreo poco pudo haber. Lo mató por cierto de una gran estocada.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Candelaria, Valdemorillo, Madrid. Última de feria. Corrida de toros. No hay billetes.
Toros de José Vázquez -1º y 2º-, El Parralejo -3º y 6º- y Garcigrande -4º bis y 5º-. Con calidad y sin fuerza el primero; noble y endeble el segundo; bravo y con carácter el tercero; buen embroque sin finales el cuarto bis; bravo y enclasado el quinto; deslucido el sexto.
Emilio de Justo, silencio, ovación tras aviso y dos orejas.
Juan Ortega, ovación, silencio y ovación
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
