Camina despacio para intentar torear aún más despacio: así ha sido el ritmo y el objetivo de Tomás Rufo durante un largo invierno que ha llegado a su fin. Porque lo comenzó convaleciente tras la necesaria operación de rodilla, que lo mantuvo varias semanas fuera de la cara del toro –incluso perdiendo el importante compromiso de Manizales-, y lo ha terminado con una intensa preparación en el campo, donde ahora mismo se encuentra y donde cuenta las horas para su regreso a los ruedos este domingo en Fallas junto a José María Manzanares y la máxima figura del momento, Roca Rey. Hablamos con él.
La del domingo será la tarde de tu reaparición en Valencia, ¿cómo se encuentra la rodilla y cómo ha sido el proceso de recuperación?
Estoy muy bien. Gracias a Dios, en la operación salió todo bien y he tenido una recuperación bastante rápida. Ya estaba tocado de la rodilla derecha, me hice una prueba y vi que tenía mal los meniscos; para evitar males mayores, pasé por quirófano. Pensaba que sería más rápida la recuperación, pero cuando me dieron el alta y gracias a un gran equipo, me han conseguido poner a punto para este compromiso primero, que no es poca cosa.
¿Cómo ha sido la evolución de tu toreo este invierno? Has desvelado algunos vídeos en redes sociales y se ve el crecimiento en esa profundidad, en ese sentido del temple especial que tiene Tomás Rufo: ¿Cómo ha sido tu vuelta a la cara del toro tras la lesión?
Siempre intentando mejorar, buscando un trazo de muletazo en línea curva, hacia detrás de la cadera, y cada vez intentando torear más despacio, que es lo que siempre se ha identificado conmigo, sobre la base de un toreo clásico que es parte de mi concepto.
La necesidad del triunfo, para toreros que estáis en la parte alta y a punto de dar el salto al estrellato, es más que evidente, ¿pesa eso en los días previos a una tarde como la de Valencia?
El triunfo es muy necesario ahora mismo. Uno necesita cortar las orejas y triunfar para mantenerse en estos carteles y estas Ferias, pero tampoco puedes ir con esa presión de tener que cortar las orejas sí o sí; eso lo lleva uno dentro, cuando tiene ambición. Mi mentalidad es de querer triunfar, pero sobre todo de torear un toro a gusto en Valencia. Es una recompensa a los malos ratos que he pasado durante este invierno.
El cartel inspira, ¿no?
La verdad que motiva mucho. Estar con dos figuras del toreo y una corrida de Jandilla, mi ganadería favorita, mucho más. Que mi reaparición sea con ella me hace mucha ilusión.
¿Qué sientes al ver a un joven de tu generación enorgullecerse de ser amante de la Fiesta? Hace diez años, ese sentimiento no existía por las circunstancias que había –especialmente políticas, con un antitaurinismo que fue menguando- y ahora el toreo está de moda, ¿cómo lo vives junto con los jóvenes de tu edad?
Estoy viviendo esto con una alegría inmensa. No podemos estar con la careta puesta. Uno tiene que defender lo que le gusta; al final, estamos defendiendo algo que para mí es lo más bonito del mundo. Veo que la afición está creciendo mucho. Y gran parte de culpa tiene Roca Rey, que es un torero que ha enganchado mucho a los chavales jóvenes y sobre todo viendo las plazas llenas. Se está haciendo un trabajo muy bueno de toreros y empresarios para que las plazas se llenen.
La terna del domingo tiene a Roca Rey como epicentro, y por ende también tiene un tinte joven que huele a futuro, ¿qué sientes al verte a su lado?
Me motiva mucho. Es la máxima figura del toreo y siempre que toreo con él sale mi mejor versión, porque uno, en cierto modo, también quiere ocupar el lugar en el que está él.
¿Planea Tomás Rufo una gesta con Victorino este año?
Hay un par de tardes cerradas con esta ganadería, no voy a desvelar los sitios, porque saldrán muy pronto publicados, pero lo que digo intento cumplirlo y a inicio de este invierno dije que quería abrir el abanico, lidiar otro tipo de encastes y dar un aliciente más a mi año.
Hablemos de los Lozano: fin a una etapa, pero no a una relación, la de amistad con una casa que ha sido histórica para el toreo. Dentro de todo lo bueno que te ha aportado, ¿con qué te quedas especialmente?
Me quedo con muchas cosas. Son personas fantásticas, unos profesionales muy buenos y les estoy muy agradecido. Me he hecho matador de toros de su mano, he estado bastantes años junto a ellos y me han hecho aprender mucho no sólo del toreo sino de la vida, madurando como persona y como torero. Les estoy muy agradecido por todo y por su trato recibido siempre. Llegó un momento en el que pensé en el cambio y así ha sido; son decisiones que cuesta mucho tomarlas, pero de la mano de Víctor Zabala estoy en los carteles de figuras y en las Ferias importantes.
