SEVILLA

Del toreo a la bravura


jueves 8 mayo, 2025

Hasta cinco toros del encierro de Juan Pedro embistieron en una completísima tarde del ganadero en La Maestranza; Diego Urdiales bordó el toreo en silencio (Tejera no tocó) frente al bravo cuarto, Sebastián Castella paseó una oreja del segundo y dio una vuelta frente al quinto y Pablo Aguado selló una genial obra de pura caricia y naturalísimo concepto frente al tercero.

Whatsapp Image 2025 05 08 At 20.33.30 Modified
Foto: Porcuna

Esta tarde, en el albero dorado de la Maestranza, se ha bordado el toreo sobre el lienzo vivo de la bravura. Juan Pedro Domecq ha lidiado una corrida de bandera, seis toros de embestida clara, galope armónico y fondo inagotable, que parecían salidos de aquel ideario que su padre dejó escrito en letras de oro: Del toreo a la bravura. No hubo respiro ni resquicio para la duda; cada toro trajo su partitura y los toreros, templando el pulso del tiempo, supieron leerla con hondura.

En esa sinfonía del alma que es la lidia, dos pasajes se grabaron con fuego lento en la memoria de Sevilla: la faena de Pablo Aguado al tercero, mecida en la seda de su muñeca, y la de Diego Urdiales al cuarto, un monumento a la verdad sin adorno. Toreo puro, sincero y sentido, que encontró en la bravura su espejo más noble. Esta tarde no sólo se toreó; se entendió, se soñó y se confirmó que cuando el toro embiste con alma, el arte se vuelve eterno.

Un festejo donde el premio gordo estaba en el lote de un Castella que paseó una liviana oreja del segundo y no acabó de entender al extraordinario quinto, toro de nota que llevaba en sus orejas el premio de la Puerta del Príncipe. Con la tarde languideciendo el aficionado salía de la plaza hablando de dos obras sublimes y un encierro de nota.

Ovacionado Urdiales con el buen primero de Juan Pedro

Sin Título
Foto: Porcuna

Muy en tipo de la casa fue el sardo que abrió la tarde, astado que casaba perfectamente con el toro que debe salir en esta plaza, ese al que Urdiales le sopló un ramillete de verónicas de fino trazo y una media de gran compás. Medido fue su castigo en el jaco y torerísimo un inicio con tres ayudados por alto y un pase de trinchera de cartel. Se la presentó siempre con suavidad a un astado noble pero al que le costó humillar. Dibujó muletazos en redondo de su personal corte, pero sin ponerle ese alma que necesitaba un toro que le venía como anillo al dedo. Hubo muletazos con regusto, todo lo quiso hacer con despaciosidad, pero no dio el paso que pedía Ondulado para que su labor rompiera. Frío estuvo el riojano en una faena que nunca acabó de calar en los tendidos, esa que firmaría con una estocada algo tendida que la valió el saludo de una ovación.

Castella le pasea la oreja a un importante segundo de Juan Pedro

Sin Título
Foto: Porcuna

Embistió con transmisión el segundo de la tarde, animal al que Castella toreó de forma limpia a la verónica antes de pasar este por el jaco. Hierático se mostró Sebastián en un quite donde se dejó llegar una enormidad al de Juan Pedro. Tras él sería Aguado quien dibujaría un ramillete de chicuelinas enroscándose el toro a la cintura. Tras saludar Viotti con los palitroques brindaría Sebastián a Pedro Haces una labor que iniciaría junto al tendido 5. Embistió con transmisión un animal al que Castella toreó con limpieza en muletazos que calaron en los tendidos. Se fue largo y humillado el de Juan Pedro, un astado que se entregaba con el sometimiento, ese al que el francés le costó cogerle la velocidad. Acertó en terrenos y alturas para llevar imantado en su pañosa a un ejemplar que todo lo quiso por abajo. Faltó rotundidad a un trasteo carente de alma, una faena correcta pero lejos de la clase y entrega con la que embistió el toro. Trasteo que llegó rápidamente a unos tendidos muy receptivos con el toreo lineal de un espada que pasearía una benévola oreja de un importante animal ovacionado en el arrastre.

Aguado se rompe con el importante tercero, pero lo pincha

Sin Título
Foto: Porcuna

Salió también sueltecito el tercero de la tarde, animal que se desplazó con temple en el capote de Aguado. Pese a no acabar de romperse con él, el sevillano dejaría varias verónicas toreando con las palmas de las manos y medio capotito. Vibrante fue el inicio de faena al colorao de Juan Pedro, toro que acometió con galope y transmisión. Aprovechó su viaje para dejar un torero molinete antes de presentarla y tirar de un ejemplar que colocó la cara con clase. Aguado se durmió toreando en redondo, dibujó muletazos de pura cadencia, deletreó el toreo ante un juanpedro que respondió con bravura en los trastos. Al natural acarició a Victorioso, ejemplar que todo lo quiso por abajo, llegando incluso a gatear haciendo el avión. Aderezó el toreo fundamentar con un sensacional cambio de mano previo a torerísimos kirikikis, molinetes y remates por bajo que dieron mayor categoría a su obra. Enganchó la embestida de otro toro importante, animal que se redujo en los trastos cuando venía sometido. Faena de pura caricia, de armonía y compás que enardeció a unos tendidos que disfrutaron de una labor tan excelsa como medida. Pero aquello que iba camino del doble trofeo quedó en una vuelta al ruedo tras pinchar al primer intento y salir golpeado en el segundo encuentro.

Urdiales borda el toreo y le pasea la oreja al enclasado cuarto

Sin Título
Foto: Porcuna

Le voló el capote a Urdiales en el saludo a la verónica al cuarto, otro toro con hechuras de embestir al que el riojano dejó varios lances de gran despaciosidad pese a estar justo de poder. Sangró mucho un Juan Pedro que acometió con clase y buen ritmo a la muleta de Urdiales, torero que acarició la pastueña embestida de un toro al que le falto mayor viveza. Por ambos pitones entendió aquello que requería el animal. Pulseó su enclasada embestida para dibujar muletazos al ralentí ante otro toro importante de Juan Pedro. Se durmió en naturales de cintura partida y en derechazos de gran compás y armonía para regalarle a Sevilla en una faena de guante de seda. Se reunió con Redactor en una labor de pura caricia, una faena de pulso infinito ante el bravo juampedro. Urdiales se asentó en los talones para enroscarse al toro a la cintura, trasteo que no contó con las notas del pasodoble, pero ni falta que hacía. Su última serie al natural a pies y vaciando la embestida tras la cadera fue una delicia, esa que predeciría a un torerísimo final con varios remates de un regusto especial. La estocada en todo lo alto puso en su mano una de las orejas de mayor peso de la feria ante un toro por el que apostó Gabriel Fernández Rey pese las continúas protestas de unos tendidos que pedían la devolución del toro.

Castella da una vuelta al ruedo ante un extraordinario quinto de Juan Pedro

Se movió también con buen estilo el quinto, otro toro de Juan Pedro en tipo, ese al que Castella lanceó a la verónica con las rodillas genuflexas. Tras su entregado paso por el jaco saludarían montera en mano José Chacón y Alberto Zayas antes de iniciar Castella su trasteo con pases cambiados por la espalda. Toro este para acompañar y no someter en la parte inicial de la faena, ese que una vez asentado exigió que todo fuera por abajo. Predicador fue otro toro de gran ritmo al que Sebastián le dio sus tiempos entre tanda y tanda. Toro que nunca se sintió cómodo en las cercanías, desordenandose si no venía enganchado. El francés volvió a optar por el toreo en línea y a media altura ante un ejemplar que todo lo quiso por abajo. Un astado de nota que nunca se cansó de embestir, ese que bien hubiera merecido la vuelta al ruedo. Labor a menos donde Sebastián no alcanzó a entender a un ejemplar que llevaba en sus orejas un triunfo de Puerta del Príncipe. Tras enterrar el acero se le pidió unánimemente una oreja que no fue concedidapor el usía. Tras la no concesión de esta parte de la plaza pitó al francés -tras considerar que estuvo por debajo de un toro de nota- mientras el resto le ovacionaba y pedía que diese la vuelta al ruedo Una división de opiniones que puso de manifiesto el cisma abierto entre ambas corrientes.

Aguado silenciado con el deslucido sexto

No se empleó ni en el capote de Aguado ni en el jaco, el astado que hizo sexto, un ejemplar de Juan Pedro de desigual comportamiento llego a la muleta del sevillano sin definir. Apostó Aguado por el rebrincadito sexto, astado con movilidad, pero al que no se le podía apretar. Mostró disposición el sevillano en un trasteo a media altura donde dejó pasajes de su personal concepto ante un toro que nunca quiso empujar hacia adelante. Pese a la porfía, su labor nunca tomó vuelo por la condición del “esaborío” Juan Pedro, ese al que tiraría sin puntilla tras una gran estocada, esa que le privó de un triunfo de clamor ante el tercero.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimotercer festejo de abono. Corrida de toros. Lleno.

Toros de Juan Pedro Domecq. De irreprochable presencia y de gran armonía a sus hechuras. Con movilidad, pero fuerza justa el noble y enclasado primero; con ritmo, clase y entrega el interesante segundo; de seria e importante embestida un tercero de gran entrega; de gran entrega en los chismes un cuatro con ritmo y clase; de excelente condición el importante quinto; sin raza ni empuje el descastado sexto.

Diego Urdiales, de tabaco y oro: ovación y oreja.

Sebastián Castella, de rosa palo y oro: oreja y vuelta.

Pablo Aguado, de grosella y oro: vuelta al ruedo y silencio.

CUADRILLAS: Saludó tras parear al segundo Rafael Viotti; José Chacón y Zayas hicieron lo propio en el quinto.

FOTOGALERÍA: PORCUNA

Galeria