El actor británico Jeremy Irons y el productor David Puttnam han vivido en los últimos días un acercamiento profundo y personal a la figura de Andrés Roca Rey, movidos por una creciente admiración que va más allá de lo artístico. Aunque su interés surgió tras conocer brevemente su historia a través de la película Tardes de Soledad, fue el propio Roca Rey quien, con su magnetismo, autenticidad y presencia en la plaza, terminó de conquistar a dos de los referentes culturales más destacados del cine británico.
Jeremy Irons —ganador del Oscar, dos Globos de Oro, tres Emmy y un Tony, con una trayectoria de más de 60 películas, entre ellas El protector (2024), y series como Regreso a Brideshead— asistió el pasado miércoles a la duodécima corrida de abono en la Real Maestranza de Sevilla. Allí, Roca Rey rozó por la que pudo ser su tercera Puerta del Príncipe en una tarde cargada de emoción y entrega. Lo acompañaban figuras del ámbito cultural como Paola Malanga (directora del Festival de Cine de Roma) y Eva Rekettey (Cines Yelmo), en una visita que combinaba la experiencia de la Feria de Abril con el descubrimiento de una figura que traspasa el ruedo.
Tras la corrida, Jeremy Irons y David Puttnam —productor de clásicos como Carros de fuego (Oscar a la Mejor Película), Los gritos del silencio o La misión— mantuvieron una conversación íntima con Roca Rey en su hotel. Fue allí donde se produjo un primer intercambio sincero, en el que Andrés respondió a las inquietudes y reflexiones de sus invitados sobre lo vivido en la plaza.
La conexión fue tal que Roca Rey los invitó al día siguiente a su finca en Gerena para presenciar un tentadero y conocer de primera mano el entorno natural del toro bravo. En pleno campo andaluz, rodeados de vacas y silencio, Irons y Puttnam descubrieron una dimensión aún más profunda del toreo. Jeremy, incluso, se animó a coger los trastos y sentir en sus propias manos el peso simbólico del arte de la lidia.
Más allá del cine o la literatura, esta historia es testimonio de cómo la tauromaquia, en manos de un torero como Roca Rey, puede seguir despertando admiración, cruces culturales y vivencias inolvidables.