Juan Bautista y Marco Pérez ya han logrado el No hay billetes un mes antes para su corrida de Istres, que se celebrará Se tratará de un evento de envergadura entre maestro y alumno el 15 de junio, entre apoderado y poderdante, entre amigos y entre toreros. La única ocasión en que se verá un cartel así: compartirán mano a mano con toros de Juan Pedro Domecq, La Quinta y Jandilla.
Recordamos que Juan Bautista, hijo del empresario y ganadero Luc Jalabert, fallecido hace unos años, mamó el toreo desde muy pequeño, y precoz fue también su incursión como novillero en el escalafón. Tanto que aún no había llegado a la veintena cuando ya se había doctorado en Tauromaquia y había pisado las ferias en Europa con la vitola de joven promesa muy real, pero entonces decidió aparcar su vocación y apartarse un poco del mundo del toro. Tal vez ese breve retiro le sirvió para asentar sus bases mucho más de lo que estaban y descubrirse entre lo etéreo de los conceptos. Fue entonces cuando comenzó su verdadera carrera, siendo mucho más él.
Poco a poco, y a base de actuaciones destacadas, de pundonor, coraje y talento, Juan Bautista se convirtió en uno de los matadores franceses más importantes de la historia, con dos salidas en hombros de la plaza de toros de Las Ventas y un predicamento como muy pocos en su país de origen, Francia. Por eso cuando decidió colgar el chispeante y dedicarse únicamente al empresariado mimó con esmero su plaza de Arles, la joya de su corona, y los diferentes hierros con los que hoy en día mantiene sus ganaderías. Un hombre polifacético, sin duda, pero sobre todo exitoso.