La corrida no se resume con la única ovación de Ureña en el segundo, ni tampoco se apoya en el fondo de mansedumbre evidente que tuvo el encierro. Porque tan cierto es que los de José Enrique Fraile de Valdefresno marcaron querencia, algo habitual en este encaste, como que saltó un toro con muchas de las mejores virtudes de este encaste, y dos que requerían unas manos más experimentadas para sacarles jugo. Ninguno cayó en el lote de Galván, que apenas contó con opciones, mientras Ureña se lució a ráfagas con el mejor toro de la corrida, y el confirmante Chicharro puso más ganas y actitud que precisión en tarde de mucha responsabilidad.
Silencio para Chicharro en el toro de su confirmación
Grande, con caja y cuerpo el primero, de típica salida “atanasia”, barbeando tablas, incluso haciendo amago de saltar al callejón. Manseó en los primeros tercios, yéndose de un caballo a otro en varas y tomando el segundo puyazo en el picador que hacía puerta. En banderillas resultó laboriosa la brega, porque el animal se aquerenció y fue difícil sacarlo de la tapia. Apretó para dentro además a los banderilleros, tercio donde expuso Joselito Rus. Con estos condicionantes cogió la muleta Chicharro después de confirmar su alternativa y después de darle celo al animal de inicio comprobó que el de Fraile, aún calamocheando y amagando con irse, tuvo transmisión en cada acometida. No logró limpiarle los muletazos el torero de Miraflores, defecto por el cual la obra no creció aunque a que el animal, pese a sus protestas, tuvo emoción mientras duró.
Ureña destaca al natural con el enclasado segundo
Bajo y amplio de cuna el segundo. Hondo y badanudo, que cumplió en los primeros tercios (buen puyazo por cierto de Cristian Romero) pero en la muleta tuvo excelente son y humillación. Toro de gran calidad al que Ureña planteó una faena de gran sinceridad. Cuando el murciano le dio sitio y lo enganchó con la muleta por delante el animal se sintió más cómodo y los muletazos tuvieron más entidad. Sobresalió una serie con la mano zurda, abandonado el torero, donde le cogió mejor el ritmo a tan notable embestida. Después de media en la yema el toro tardó en morir. No hubo rotundidad en la petición, que fue lo que le faltó a la faena. Gran ovación al toro en el arrastre y también para el torero, que rehusó dar la vuelta al ruedo.
Galván desperdiga algún muletazo con enjundia frente a un tercero noble y sin celo
Largo de viga el tercero, más fino, más degollado de papada también, con la cara para delante. Humilló de salida en los lances a pies juntos de Galván, pero no acabó de salirse de los vuelos, y en la muleta fue toro noble pero sin fuelle ni celo, siempre pendiente de la tapia, pero sin terminar nunca de irse definitivamente. El gaditano desperdigó algún muletazo suelto de mucha enjundia dentro de una faena que nunca llegó a cobrar cuerpo.
Ureña lo intenta en balde con el rajado cuarto
Amplio de sienes el burraco cuarto, grande pero suelto de carnes. No apretado. Arrolló de salida, cumplió en el caballo, donde Juan Melgar se agarró muy bien en las dos varas, y después de cortar en banderillas llegó marcando querencia al último tercio. Ureña se lo llevó a los medios, pero el toro pasó sin gracia y en cuanto tuvo ocasión le marcó al torero su terreno predilecto.
Galván, sin opción con un quinto huido e imposible de sujetar
Hondo y frentudo el quinto. Amplio y badanudo. Muy “condeso”. Ya cantó su condición de salida, buscando la salida, yéndose al relance al picador que guardaba la puerta y al que hacía la suerte, y luego fue animal difícil de sujetar, porque ni dándole celo consiguió Galván evitar la huida del astado. Anduvo habilidoso el torero para despacharlo después de sus infructuosos intentos por sacarle jugo.
Ganas y actitud de Chicharro en medio del diluvio frente al sexto
Con cuajo, hondo y musculado, cornidelantero, con desarrollo de pitón. Humilló de salida, se desgastó mucho en el peto, y después de una brega difícil por su marcada querencia a tablas, llegó a la muleta con esa inercia, pero también con transmisión. Chicharro fue todo decisión, pero no siempre acertó ni con el pulso ni con la distancia. No ayudó la lluvia que descargó con fuerza a última hora, ni el público que ya había sentenciado una corrida que tuvo mucha más miga para los que ven más allá de lo evidente.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Sexta de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. 21.264 espectadores.
Toros de Fraile de Valdefresno. Manso con transmisión el primero; de gran calidad en la muleta el segundo; noble, sin fuelle ni celo el tercero; manso y rajado el cuarto; manso y huido el quinto; manso con transmisión el último.
Paco Ureña, de coral y oro: ovación tras aviso y silencio.
David Galván, de azul azafata y oro: silencio y silencio.
Alejandro Chicharro, que confirmaba alternativa, de vainilla y oro: silencio tras aviso y silencio.
CUADRILLAS: Iván García y Fernando Sánchez saludaron tras parear al sexto.