Un encierro de La Quinta se lidiaba, este 18 de mayo, en el noveno festejo de la Feria de San Isidro 2025, una corrida homenaje al 120 aniversario de la RUCTL. Hacían el paseíllo Uceda Leal, Daniel Luque y Emilio de Justo.
A Uceda Leal le cuesta poner en ritmo al primero

El abreplaza fue una pintura en las hechura spropias de La Quinta, pero tuvo más celo en el caballo que en las telas de Uceda Leal. Tenía un buen fondo para empujar la muleta hasta atrás, pero había que ponerlo en ritmo y altura, porque fue ahí donde no terminó de transmitir el trazo de Ignacio, tal es el nivel que hoy en día nos autoabastecemos. Afanoso, el de Usera, siempre dispuesto a intentar el toreo como fino estilista que es, pero no terminó de hacerle el favor completo al animal. Silencio para Uceda Leal, que al menos anduvo breve por la espada.
Daniel Luque trata de meter en cintura, sin éxito, al bravucón segundo

El trasteo que le dejó Daniel Luque al segundo fue, sencillamente, la demostración de que los toros se pueden ir modelando en las herramientas de los toreros siempre que tengan materia prima que lo permita. Y pareció que el segundo era uno de esos animales, pero nada más lejos de la realidad; temperamental, bravucón y complicado, a penas pudo dejarle Daniel un par de series de cierto fuste antes de que comenzase a protestar. Contundente, eso sí, com la espada, terminó escuchando silencio después de exponer más de lo que merecía el toro.
Emilio de Justo le deja muletazos sueltos de mucho fuste a un tercero de repetidora intención

El teercero, cárdeno claro y estrecho de sienes, fino de cabos y lomo recto, embistió con franqueza en las telas desde el saludo capotero a la verónica en el que brilló Emilio de Justo. Se percató pronto el extremeño de la calidad del toro, siempre dispuesto a acudir al toque de Emilio. Un quite por chicuelinas, con media de remate, tuvo empaque en los embroques y mucho ritmo en la embestida, pero fue después, con la muleta, cuando el toro comenzaó a ofrecer lo que tenía, que era una arrancada pronta, mediom viaje muy humillado y mucha nobleza para que salieran muy bellos los muletazos sin ligar. Aún así, también observó Emilio que al tendido la emoción se traslada cuando hay cinco o seis seguidos y un remate. Lo mató de pinchazo hondo y descabello, y no dio para salir del silencio en la valoración.
Uceda Leal pasea una oreja tras una faena de inmenso sabor torero

El cuarto, bajo, reunido y muy armónico de hechuras, en el tipo Buendía, salió con brío para querer comerse el capote de Uceda, al que le costó dejarle un par de verónicas y una media por su falta de ritmo. Pero se fue ahormando en el penco de Luciano Briceño, donde ganó fijeza y celo. Por eso lo brindó José Ignacio , antes de comenzar la faena con ayudados por alto con mucho sabor, pero le costó más al toro responder por abajo en los remates. Muy plástica la primera serie a diestras, componiendo con mucho relajo para torear con las muñecas y con mucha suavidad. Exquisito el temple de Ignacio, realizando todo con muchísima torería. Pero hubo un paso más al natural, cuando le cosió el belfo a la muleta y dejó dos trazos de suprema profundidad que obligaron a la plaza a rugir. El final, con ayudados por bajo, tuvo un sabor inmenso hasta el mismísimo remate. Y ya estaba la faena hecha cuando le zumbó un volapié tan soberbio que le puso en la mano una oreja.
Daniel Luque le planta su suficiencia al quinto, que no saca transmisión

Con el quinto, una pintura en cuanto a genotipo y morfología, Daniel Luque desistió de rematar el saludo capotero para echar el percal abajo en lidia mimosa, pero se permitió una garbosa media para concluir. Se pitó la actuación del piquero por corregir las varas, pero luego se vino con mucho brío al embroque con los banderilleros. Lo brindó al público y le dio muchos metros para ponerse a torear sin probaturas, porque le había visto buen son en la embestida, pero en cuanto se impuso al animal y le puso su aplomo cerca, se afligió el de La Quinta y ya no cobró vuelo la faena. Sí logró Luque ofrecer muletazos de gran calibre, sobre todo al natural, pero faltó la chispa adecuada para que llegase la emoción a los tendidos. Una estocada hasta las cintas puso fin a su participación en la corrida. Palmas.
La faena de ataque de De Justo al sexto se disuelve entre la venida a menos del sexto
Al cierraplaza lo pitaron mucho de salida por lo renqueante de su condición, y bastó que perdiese las manos a la salida del penco para que saliera el pañuelo verde. Fino de cabos estaba el sobrero, bastante parejo con la corrida lidiada y embistiendo sin entrega en el capote de Emilio de Justo en el saludo. Pero se quitó la espinita firmando un quite muy templado antes de comenzar el tercio de varas. Buen tranco sacó el toro en banderillas, muy bien templado por Morenito de Arles en la brega. También Emilio brindó al público la faena, y en el centro del ruedo se hincó de rodillaspara llamarlo con muchos metros por delante para que surgiera la emoción desde el principio. Y lo hizo, con una serie de mano diestra casi arrastrando la muleta por la arena, en cinco muletazos y el de pecho que salieron templadísimos. Había ritmo y emoción en la faena, pero bajó el trasteo al manejar la zocata, que manejó bien, sin embargo, en dos otres naturales sueltos de tremenda clase. Lástima que no terminase de romper el de La Quinta, porque los finales de cara natural deslucían la serie y restaban brillantez al trasteo. El fallo con los aceros -con dos avisos de por medio- dejó todo en silencio.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo, 18 de mayo de 2025. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Novena de la Feria de San Isidro. Corrida de toros en homenaje al 120 aniversario de la RUCTL. No hay billetes.
Toros de La Quinta, bien presentados y en tipo. Reponedor el primero; bravucón y temperamental el segundo; repetidor y franco el tercero; de gran clase y corta duración el gran cuarto; insulso y sin transmisión el bello quinto; devuelto el sexto por blando; enclasado a menos el sexto bis.
Uceda Leal, de negro y oro: silencio y oreja.
Daniel Luque, de verde botella y oro: silencio tras aviso y palmas.
Emilio de Justo, de sangre de toro y oro: silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.
Cuadrillas: Saludó Raúl Caricol tras banderillear al segundo.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
