Lo que el corazón del futuro de la tauromaquia está cociendo estos días sí que es la verdadera Reconstrucción. Sin ampararse en fortines oscurantistas que llamen a una falsa esperanza al aficionado. Buscando el cimiento. Regando la ilusión. Alimentando las alas de quien mañana volará alto. Sembrando el futuro, because spring is coming…
Lo que ese corazón de nuestro futuro está cociendo desde Villaseca –y con un rosario de pueblos tras ella a través del Foro- no es empezar una casa por el tejado. Porque cuán sabia es una de las frases más célebres de los dichos hispanos, y cuán el toreo tiene que usarla para aprender que no tiene que volver a caer en ella… y, sin embargo, vuelve a caer al año siguiente: en pliegos, en concursos, en gestiones e Incluso en ciertos carteles hechos con las tejas que acaban cayendo en la cabeza del aficionado por carecer la construcción de cimientos.
Lo que el corazón del futuro cuaja, en cinco sin caballos en lugar de tentaderos, es un alivio para el ganadero, para el novillero y para el banderillero. Ese al que ha pedido un esfuerzo entendiendo que las cantidades establecidas en el Convenio Colectivo Nacional Taurino –obsoletas para una pandemia- no pueden pagarlas ni el que quiere ser ni el que quiere ver al que quiere ser.
Y ese es el camino, también, para conseguir el reparto proporcionado de derechos de imagen en festejos televisados con el 25% para banderilleros, picadores, mozos de espadas y ayudas, y el 75 % para novilleros, ganaderos y organizador. Ahí radica el reconocimiento de un estatus propio no profesionalizado para los novilleros con y sin caballos. Eso es dejarle las alas crecer. Eso es reconstruir. Eso es, también, cuidar al que paga –que no puede asumir los males de años de guerras internas-, algo por lo que lucha el Foro de Defensa de las Ferias de Novilladas, que tiene al aficionado cómo un pilar fundamental para la reconstrucción de la Tauromaquia, exigiendo a las Administraciones esfuerzos para seguir defendiéndolos.
Y lo hace también, entre otras cosas, fijando un precio no superior a 20€ para las novilladas picadas de seis animales, ofreciendo a la vez descuentos específicos para jóvenes y posibilitando el acceso a la cultura a desempleados, pensionistas y jubilados con entradas reducidas. Eso es reconstruir. Esa es la Reconstrucción. Ese es el cimiento para la nueva era.