Joselito Adame vuelve a pisar el ruedo de Las Ventas con una meta clara: seguir calando en el aficionado de Madrid e intentar conquistar el sueño de la Puerta Grande de la plaza más exigente del mundo. La madurez profesional que dan sus más de veinte años de alternativa, su condición de máxima figura en México y el hecho de ser el matador más importante que ha dado aquel país en los últimos 50 años son sus puntos a favor. Sin embargo, una figura de talla mundial como él ha tardado demasiado en volver a San Isidro, una injusticia mayúscula y más si tenemos en cuenta el currículum en esta plaza del torero hidrocálido.
Tras una temporada americana brillante, en la que ha cosechado triunfos en plazas emblemáticas como La México, Guadalajara, Aguascalientes y también en cosos de Venezuela, el diestro hidrocálido aterriza en la capital española con renovada ambición. “Vuelvo con mucha ilusión, con hambre de toro y con el compromiso de dejarlo todo en Madrid. La Puerta Grande de Las Ventas es una de mis asignaturas pendientes, y vengo a por ella”, asegura Adame con convicción, consciente del peso simbólico y profesional que tendría ese logro en su ya consolidada carrera.
Este miércoles, con toros de Lagunajanda, estará acompañado por el sevillano Manuel Escribano y el joven Alejandro Peñaranda, que confirmará la alternativa. Será una tarde especial no solo por lo que representa para el torero mexicano, sino por el contexto: un regreso tras meses de éxito al otro lado del Atlántico.
“Ha sido una temporada muy importante en América. En México he sentido el cariño del público, pero también la exigencia. Me tocó firmar tardes muy redondas, y eso te da confianza. Pero venir a Madrid es otra historia: aquí no basta con estar bien, hay que emocionar, hay que tocar el alma del aficionado”, reflexiona el torero.
Adame, máximo referente de la tauromaquia mexicana en activo, lleva más de una década abriéndose camino en las plazas españolas. Madrid, sin embargo, le guarda aún la gloria máxima. “He tenido tardes importantes aquí, pero la Puerta Grande se me ha escapado. Este año llego maduro, con más experiencia, pero también con la misma ambición que cuando era novillero”, afirma con honestidad.
Sobre sus compañeros de cartel, el hidrocálido se muestra respetuoso y motivado: “Escribano es un torero con mucha verdad y raza, y a Peñaranda lo felicito por esta confirmación de alternativa. Compartir cartel con ellos será un honor y una responsabilidad. Cada uno viene con su historia, pero todos queremos lo mismo: triunfar”.
En un momento en que la presencia mexicana en España es escasa, Adame asume su rol con naturalidad y orgullo: “Siempre he sentido que tengo una responsabilidad como mexicano. Lo que hago aquí lo hago también por los que vienen detrás. Quiero que el nombre de México esté presente en el toreo grande”.
La cita está marcada en rojo en el calendario taurino. Joselito Adame vuelve a Madrid con la madurez de los años, el aval de sus triunfos y la ilusión intacta de aquel joven que soñaba con romper el cerrojo de la Puerta Grande. Este miércoles, en Las Ventas, tendrá una nueva oportunidad de convertir esa cuenta pendiente en realidad.