Stéphan Guin / Fotogalería: Muriel Haaz
Carlos Olsina, Arturo Gilio y Christian Parejo trenzaban de forma matinal el paseíllo este sábado en la plaza de toros de Béziers para su tercera de abono. Se lidiaba una novillada de Gran Badon.
La falta de contundencia estoqueadora deja a Olsina en silencio
Al primero lo recibió Olsina variando los lances con tafalleras con tanta entrega que se llevó una voltereta de la que se levantó sin más. Fue buena la pelea en varas del animal, pero ya cantó que no le acompañaba la fuerza. También Arturo Gilio recibió una voltereta sin consecuencias al intentar el quite. Puso voluntad el novillero de Beziers para andar por encima de las facultades del animal por ambos pitones, pero no voló la espada con la brevedad necesaria y todo quedó en silencio.
Dos pinchazos dejan el botín de un gran Gilio en una oreja con el segundo
Más rematado que el primero estaba el que salió en segundo lugar, al que le sopló Arturo Gilio verónicas con facilidad y remató el saludo con el capote a la espalda y con mucho valor. Empujó el animal en sus dos acometidas al caballo y tuvo entrega en el buen quite por tafalleras, del mexicano. Y fue de menos a más la faena de muleta, que comenzó con el toro echando las manos por delante y pidiendo que le limasen defectos con la mano por abajo y el poder por arriba. Bien Gilio en estas labores, gobernando en tres tandas de derechazos para hacerse con el animal. Pero brilló aún más por el pitón izquierdo, por donde se abría más el animal. Pero fue a la tercera cuando entró el estoque definitivamente, después de levantarse con el puntillazo, y el mexicano debió conformarse con una oreja. Aplausos para el novillo.
La clase y la suavidad de Parejo llegan al tendido pero no tanto al palco
El tercero salió con tan poquita fuerza que no tardó en volver a los corrales. En su lugar salió un castaño al que Parejo saludó con una larga cambiada de rodillas antes de dejarle un magnífico ramillete de verónicas y una media a cámara lenta. Fue bravo el animal en el caballo y también en el quite por chicuelinas de Olsina. A pies juntos y por alto comenzó su labor el de Chiclana, ante un novillo tardito y con el freno de mano echado al que, sin embargo, le sacó una buena primera tanda sin molestar. Dejó muletazos suaves y de muy buen son en una labor muy reunida y con mucha armonía en todo momento. Incluso hubo valor para tirarse a matar o morir y llevarse una fea voltereta antes de pasear la única oreja que le concedió el palco, que se llevó una bronca por no conceder el segundo trofeo.
Media estocada tendida deja en una oreja lo que Olsina construyó para dos
Frente al cuarto, muy justo de fuerza, no pudo Carlos Olsina lucir con el capote, por eso el tercio de varas fue casi simbólico. Pero tras un comienzo a pies juntos y sin exigir demasiado al animal, logró que se afianzase para que saliese la mejor versión de Olsina en una faena a más. Poco a poco fue echando la mano abajo ante el noble animal, sobresaliendo con la mano diestra, a la que volvió después de una tanda al natural. Completó la labor con unas entregadas bernadinas, pero la rúbrica fue media estocada tendida que tardó en lograr su efecto, por lo que el más que previsible doble trofeo se quedó en simple para el galo.
El afán poderoso de Gilio se topa con la negativa del quinto
El quinto tuvo los mismos defectos que sus hermanos: la falta de raza, de transmisión y de fuerza. Era, este castaño, el más bonito de la novillada, pero nunca se entregó de salida en el capote de Gilio. Y así se mantuvo en la faena de muleta. Las escasas condiciones del toro no permitieron a Arturo desarrollar una faena que pudiese conectar con el tendido, porque resultó deslucido y sin interés el utrero. Aún así, lo intentó todo hasta el punto de llevarse una vuelta al ruedo con un pinchazo.
Parejo le pasea la segunda oreja de la mañana al deslucido cierraplaza
Un castaño oscuro cerró la novillada, un animal bien hecho que embestía por dentro de salida y con el que no tuvo opción Christian Parejo de brillas con el capote. Con la cara alta y con mal estilo se fue el animal al caballo, a regañadientes y sin entrega. Pero era lo que había, y con ello había que intentar el triunfo, así que Parejo se fue a pegarle dos cambiados a un animal que siempre le protestó en cuanto le bajaba la mano. Brusco y sin ritmo, carente de humillación y áspero al trato, había que hacer un esfuerzo grande para estar delante, y Parejo lo hizo con mucho valor. También al entrar a matar por partida doble, lo que no impidió que cortase su segunda oreja de la mañana y ganase el trofeo Tastevin d’argent, a pesar de no salir por la puerta grande, dado que en Beziers hay que cortar dos orejas a un mismo ejemplar.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Beziers (Francia). Novillada con picadores matinal. Unas 1.500 personas en los tendidos.
Novillos de Gran Badon. Faltos de raza, de entrega y de empuje.
Carlos Olsina, silencio y oreja.
Arturo Gilio, oreja y vuelta.
Christian Parejo, oreja y oreja.
Christian Parejo se hizo con el Tastevin d’argent como novillero triunfador de la mañana.