La Plaza de toros Monumental de Pamplona (7 de julio de 1922), es uno de los cosos más emblemáticos de nuestra piel de toro por el singular ambiente que lo rodea. Un ruedo que ha contado con la presencia de todas y cada una de las figuras del toreo de cada época. Si bien es cierto que algunos no se sintieron cómodos en ella, otros vieron como su presencia en esta plaza era clave durante cada temporada.
Uno de los espadas que ha tenido contadas actuaciones en este ruedo ha sido José María Manzanares. El diestro alicantino, figura indiscutible del toreo contemporáneo, apenas ha hecho el paseíllo tres tardes en la capital navarra: el 7 de julio de 2006, el 14 de julio de 2008 y el 9 de julio de 2009. En ninguna de estas tardes logró cortar oreja, algo que llama la atención tratándose de un torero que ha firmado tardes memorables en otros cosos de gran exigencia como Sevilla, Madrid o Bilbao, entre muchos otros.
La relación entre Manzanares y Pamplona

La relación entre Manzanares y Pamplona parece haber sido, desde el principio, más distante que pasional. Cabe recordar que su presentación data del 7 de julio de 2006, pocos años después de su triunfal alternativa en Alicante allá por junio del 2004. Tarde donde trenzaría el paseíllo junto al barcelonés Serafín Marín y el salmantino Eduardo Gallo ante toros del Marqués de Domecq. Sumaría dos tardes más en 2008 y 2009 ya asentado como figura del toreo, pero tampoco consiguió ese triunfo que si había cosechado en otros ruedos.
En declaraciones vertidas allá por 2011 por su apoderado, este dejó claro que la decisión de no anunciarse en San Fermín no respondía a cuestiones económicas ni a desencuentros con la Casa de Misericordia, gestora de la plaza. “A José María le gusta esta plaza, pese a que no ha tenido suerte alguna los tres años que ha estado presente”, declaraba Antonio Matilla, quien también subrayaba que simplemente no entraba en la planificación de la temporada estar presente en la capital Navarra.
En 2012, el diario El Mundo fue tajante al publicar que “José María Manzanares no tiene entre sus planes volver a torear en San Fermín, de momento”. Aunque se trataba de una afirmación abierta al futuro, el tiempo ha consolidado una ausencia que ya roza las tres décadas. Lo llamativo no es únicamente la falta de resultados en sus tres actuaciones anteriores (2006-2008-2009), sino el el conformismo -por ambas partes- de no unir nuevamente sus caminos incluso cuando el torero cumplió 20 años de alternativa en 2024, una efeméride que bien podría haber servido de aliciente para un nuevo reencuentro entre ambos.
Las razones parecen ir más allá de lo estadístico. En 2014, el propio Manzanares declaró a La Divisa: “No comparto esa manera de ver una corrida de toros”, en referencia a una plaza y a una afición con la que no tuvo esa conexión fluida que se necesita para estar cómodo en el ruedo. Si bien su comentario no fue una condena directa, sí apuntaba a una discrepancia de fondo con el tipo de experiencia que se vive en esa plaza, muy diferente al clasicismo y al rigor que José María Manzanares suele buscar en sus actuaciones.

Llama la atención, además, que el torero haya seguido compareciendo en otras plazas de máxima exigencia como Madrid o Bilbao, entre otras, cosos donde el toro que salta al ruedo no dista mucho de aquel que se reseña para Pamplona. Esto lleva a pensar que la clave para no estar en Pamplona está más en el entorno y la atmósfera que en el toro en sí, que en la seriedad y el volumen de los animales. Casos similares al del alicantino se han dado con otros toreros como el sevillano Curro Romero o el madrileño José Miguel Arroyo ‘Joselito’, quienes también prefirieron apartarse de una feria que, aunque prestigiosa, no sintonizaba con su concepto artístico.
A día de hoy, la ausencia de José María Manzanares en Pamplona sigue siendo una excepción notable dentro de su carrera. Para muchos aficionados, su nombre representa el tipo de torero que, por calidad y trayectoria, debería figurar en cualquier feria de primera. Quizás algún día vuelva, pero por ahora, no parece que sus caminos vuelvan a unirse dentro de la Feria del Toro.
Las tres paseíllos que ha trenzado José María Manzanares en Pamplona
7 de julio de 2006 – Toros de Marqués de Domecq para Serafín Marín, Manzanares y Eduardo Gallo – Aplausos/Silencio
14 de julio de 2008 – Toros de Núñez del Cuvillo para Enrique Ponce, ‘El Juli y Manzanares – Ovación/Ovación
9 de julio del 2009 – Toros de El Ventorrillo para Sebastián Castella, El Cid y Manzanares – Silencio/Silencio